El 9 de junio, el Colegio de Ciencias Económicas hizo una feria de empleo a la que llegaron más de 4.000 personas que no se movieron de la enorme fila a pesar del diluvio que cayó en San Pedro de Montes de Oca.
No todas consiguieron una plaza porque, en algunos casos, no cumplían los requisitos que pedían las empresas. El Colegio informará pronto cuánta gente se podrá colocar.
Seis días después de la feria, el 15 de junio, el presidente Rodrígo Chaves decretó un aumento en los sueldos de los ministros y los viceministros; el salario base de los primeros pasó de ¢1,3 millones a ¢2,6 millones y el de los vices de ¢1,3 millones a ¢2,5 millones al mes.
Esa medida fue, sin duda, un balde de agua fría para quienes en el país hacen malabares con la plata para llegar a fin de mes.
El argumento de Chaves fue este: “No me parece apropiado y creo que la mayoría debe tener claro que no se vale que un jerarca que tiene responsabilidades administrativas y legales gane un 30% de lo que ganan sus subalternos”.
El mandatario también añadió “es difícil reclutar gente” para esos cargos con los sueldos actuales, que son superados en muchos casos por empresas privadas.
Es verdad que un Gobierno necesita contar con personas calificadas en los puestos que conllevan la toma de decisiones en temas determinantes para el país, pero vale preguntarse si este es el mejor momento para decretar los aumentos en los sueldos.
“Por un lado, los ministros y viceministros tienen un salario bajo en relación con las responsabilidades civiles y penales que tienen, pero en el entorno en el que estamos, de alto desempleo, uno se pregunta si es oportuno subirles el salario a los jerarcas cuando hay familias que no pueden cubrir el costo de la canasta básica y si no deberían usarse esos recursos para ayudar a estas familias para que puedan consumirla?”, dijo a La Teja Ennio Rodríguez, presidente del Colegio de Ciencias Económicas.
En Costa Rica hay actualmente 325.000 personas desempleadas (176.000 mujeres y 149.000 hombres); muchas de ellas la pulsean por todo lado, pero nada que consiguen la forma de generar dinero para satisfacer necesidades incluso básicas.
Este no era, definitivamente, el momento más oportuno para subir los sueldos de los jerarcas de los ministerios.