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Su caso debería ser de estudio en los clases de Recursos Humanos.
El aumentador general, Roberto Jiménez, es de los que dicen hagan lo que digo, no lo que hago.
Mientras él, en tres años, no ha sacado vacaciones y en mayo jalará de la Aresep con ¢18,5 millones por 67 días libres acumulados, sí les exige a otros funcionarios mantenerse a raya con las vacaciones por las restricciones económicas.
Jiménez, quien se ha hecho gato bravo para sacar días libres aunque allí está Xinia Herrera Durán, como reguladora general adjunta, quien puede sustituirlo temporalmente, no afloja un solo día para poderlo cobrar.
Pero a quien fuera director del Centro de Desarrollo de la Regulación de la Aresep, Marlon Yong Chacón, sí le marcó la cancha. A Yong le advirtió que tenía 21 días de descanso pendientes y le recordó que, según la política de disfrute de vacaciones de la institución, es de carácter “estrictamente excepcional y conforme con la normativa vigente, el pago por la acumulación del derecho al disfrute de vacaciones”.
También en diciembre del 2020, el estricto regulador Jiménez pidió una actualización de las vacaciones acumuladas de los intendentes y directores de área.
“Debido a las fuertes restricciones financieras que se enfrentarán durante el 2021, es recomendable que se establezca una programación a efecto de que se reduzcan los saldos de vacaciones de las personas funcionarias”, informó el jerarca, quien no gusta de sacar vacaciones por el temor a una parálisis institucional en caso de ausencia.
¿O será por los millones de colones acumulados en días libres?
