Cuando tenemos deudas los bancos “gentilmente” nos recuerdan por correo electrónico que se acercan las fechas para hacer los pagos.
Algunos no necesitamos esos recordatorios porque nacimos con un chip que hace que nunca olvidemos cuando le debemos a alguien, aunque sea una tejita. Enseñanzas de nuestros padres.
Por eso me sorprendió la orden de embargo contra la diputada Kattia Cambronero Aguiluz por no haber pagado la mensualidad al Grupo Q por su Tucson.
La legisladora tenía que cumplir con esa obligación desde el primero de mayo. Digamos que se le olvidó hacerlo esa fecha por ser domingo y sobre todo por la especial jornada cívica en que se estrenaba como legisladora.
No obstante, este escándalo, totalmente evitable, ocurre 24 días después aunque ella dijera que el olvido “puede sucederle a cualquier costarricense” porque se atrasó “unos días en el pago que venció el 1.º de mayo”.
Su berrinche contra los oficiales me recordó el bañazo de marzo del 2021 y cuya protagonista fue la entonces diputada Marulin Azofeifa Trejos, quien amenazó con demandar a un oficial de Tránsito que multó al chofer que la movilizaba en un carro sin placa trasera.
El conductor se brincó un semáforo y la señal de parada hecha por los oficiales a quienes Marulin, hoy exdiputada, quiso apantallar.
Señoras y señores diputados, ustedes llegaron a Cuesta de Moras porque el pueblo, equivocado o no, los escogió. Recuerden que la investidura que tienen es para ser ejemplares, para servir y sobre todo para no fallarles a quienes los pusieron ahí.
Cuatro años pasan muy pronto, y en un abrir y cerrar de ojos pasarán a ser simples mortales, si no me creen pregúntele a Marulin.