La Conferencia Episcopal de Costa Rica compartió su mensaje para la Navidad 2023, en el que señala, los lamentables hechos de violencia que azotan nuestro país.
Los obispos hacen un llamado para recordar la celebración de esta fiesta, que es el nacimiento del Niño Jesús y quisieran que estas fechas se vivan en paz, pero esto contrasta con “una realidad marcada por el incremento de muchas formas de violencia, la cual toma su rostro más nefasto en los conflictos armados y guerras, que como varias veces ha dicho el Papa Francisco, constituyen una verdadera ‘tercera guerra mundial en pedazos’”.
Otro de los llamados que hacen los líderes religiosos es a luchar por un mundo más justo.
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“La justicia no es una simple convención humana, porque lo que es ‘justo’, no está determinado originariamente por la ley, sino por la identidad profunda del ser humano. (Cfr. Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, 202). Exige, por tanto y, en primer lugar, reconocer al otro como persona, desde su concepción, hasta el desenlace natural de su vida terrena. Esto es particularmente importante hoy cuando se anteponen, al valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos, los criterios de utilidad, de tener, o de ideologías deshumanizadoras. En este sentido es importante sensibilizar en la generosidad a las familias para recibir a los hijos y revertir así el ‘invierno demográfico’ en que nos encontramos, garantizando, con ello, una proyección a futuro para las nuevas generaciones (Cfr. Sal 37,11.37).
“El origen de muchas formas de violencia está ligado, la mayor parte de las veces, a la ausencia de justicia, en donde ‘las poblaciones excluidas de la distribución equitativa de los bienes, destinados en origen a todos, podrían preguntarse: ¿por qué no responder con la violencia a los que, en primer lugar, nos tratan con violencia?’ (SRS 10).
El debilitamiento que vive nuestro país con respecto al contrato social, y que se evidencia en la terrible desigualdad social en todas sus expresiones, el empobrecimiento, la brecha educativa, las redes de narcotráfico, la falta de atención integral a la crisis migratoria y a poblaciones vulnerables (pueblos originarios, ‘gente del mar’, agricultores) y otras formas propias de la ‘cultura del descarte’, puede considerarse como una de las principales causas del aumento de violencia’”.
Los obispos llaman a la erradicación de todo tipo de violencia, para construir una sociedad y una casa común más habitable y confortable para todos.