Los obispos de Costa Rica cerraron este domingo la Semana Santa con un mensaje que toca un tema que causa mucha preocupación en la sociedad costarricense debido al dolor y el miedo que genera.
Y es que la Iglesia católica reconoce que el país vive un momento crítico en cuanto a la inseguridad y la violencia que se desarrolla en las calles y que todos los días deja víctimas mortales.
“Con gran gozo pascual, los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica saludamos a todo el pueblo católico y a las personas de buena voluntad, para compartir con ustedes un mensaje de esperanza con la fuerza resucitadora de Jesús”, inició el mensaje que compartieron los obispos.
“Sabiendo que solo Él es nuestra esperanza, y que al mismo tiempo ha reconciliado a la humanidad con Dios, Jesús nos trae la buena noticia de la paz, por ello, tenemos la certeza de que solo Él es nuestra paz.
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“Por ello, cuando en nuestro país atravesamos una verdadera emergencia a causa de la violencia y criminalidad que, sin precedentes, nos golpea a todos, debemos volver nuestra mirada al Señor resucitado e implorar su presencia en medio de nosotros para que restablezca la paz en Costa Rica. Nuestra nación atraviesa uno de los momentos más difíciles de su historia por la cantidad de asesinatos que enlutan a nuestras familias, por la violencia que ha penetrado en todas nuestras comunidades y por el temor que se ha apoderado de la sociedad”, expresaron los religiosos.
Ellos reconocen que los desafíos que tiene el país son enormes y que urge una reconciliación nacional que incluya diálogo sincero y efectivo, que abarque a todos los sectores, muchos hoy opuestos entre sí por razones políticas o ideológicas.
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“Imploramos la luz de Jesús resucitado sobre el pueblo costarricense, para que ilumine todas aquellas oscuridades que nos llenan de vergüenza, y disipe todo signo de maldad y para que restablezca la fraternidad y la justicia.
“Necesitamos de la fuerza del resucitado para que cese la violencia, el odio y el egoísmo, y podamos con nuestras acciones dar testimonio de su paz, por medio de actitudes de amor y solidaridad”.