Para el obispo emérito (retirado) de Cartago, monseñor José Francisco Ulloa, la reapertura, poco a poco, de actividades a raíz de las pandemia del COVID 19 significa lo siguiente: “El Gobierno nos ha vetado la realización de la romería y los festejos de la patrona de Costa Rica, la Virgen de Los Ángeles”.
Ulloa, quien sigue activo oficiando misa desde la basílica de Los Ángeles, recordó por medio de Telefides y otros medios que él vivió una decisión así en el 2009, cuando la ministra de Salud de entonces, María Luisa Ávila, canceló la romería ( por el virus AH1N1). “Pero no así otros eventos masivos, lo que yo le reclamé públicamente”, dijo.
El obispo agrega que deben respetar lo que digan las autoridades.
“Pero es doloroso que se le quite a los católicos costarricenses su manifestación más grande de fe, siendo la romería a la Negrita una de las más grandes del mundo”, aseguró.
Ulloa recuerda que la agenda que anunció este lunes el Gobierno determina que entre el 12 de julio y el 1 de agosto las personas podrán asistir a lugares de culto, pero a una distancia de 1,8 metros y un máximo 100 personas.
“Es decir, subliminalmente nos dicen que no nos autorizan la romería”, reclamó Ulloa.
Riesgosa
El ministro de Salud, Daniel Salas, dijo este martes en conferencia de prensa que con respecto a la realización de la romería, las autoridades eclesiásticas emitirán un pronunciamiento y prácticamente anunció que no se realizará.
Consultada la Conferencia Episcopal, el departamento de prensa aseguró que darán una posición oficial este miércoles.
Esta sería la segunda vez que se suspende la romería en la historia de Costa Rica.
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La primera vez fue en el 2009 a raíz de la pandemia de influenza AH1N1. El aquel momento la gripe había matado a 12 ticos y contagiado a 500. Al final fallecieron 56 personas.
En la actualidad el COVID-19 ha matado a siete personas e infectado a 804, 520 se han recuperado.
La decisión la tomó en aquel momento la ministra de Salud, María Luisa Ávila.
"Efectivamente, fue una decisión difícil la que hubo que tomar. Los criterios fueron que en ese momento la pandemia por AH1N1 se podía expandir por todo el país al mismo tiempo, y si bien es cierto la tasa de contagio no era como esta, al ser un virus que no estaba bien adaptado al ser humano, la tasa de mortalidad era mayor. Ese año en total fallecieron 56 personas.
“Lo más impactante fue ver las primeras planas de los periódicos del día siguiente a la suspensión, que anunciaban que una tradición tan importante para el pueblo católico se había suspendido. Pero bueno, como se dice, a Dios rogando y con el mazo dando, era una decisión que se tenía que tomar y la cual fue basada en criterios técnicos”, contó Ávila.
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Según el cronograma de aperturas que dio a conocer el Ministerio de Salud el pasado lunes, las actividades religiosas o lugares de culto se reabrirán hasta el 22 de junio, y a partir de ese día se podrán realizar misas y cultos, pero con un máximo de 75 personas y una distancia de 1,8 metros entre una y otra.
Para la cuarta fase de reaperturas, que comenzaría el 13 de julio, se permitiría la participación de hasta 100 personas.