Ante la difícil situación que vive el país por las manifestaciones y bloqueos, el obispo de Limón, Javier Román Arias, envió un mensaje a quienes han pasado de las protestas a la violencia.
El religioso recordó el pasaje bíblico en el que Caín mató a su hermano Abel y le pide a los costarricenses no atacar a sus semejantes aunque piensen diferente a ellos.
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"Nuestro deber como creyentes es recordar el pasaje del Génesis 4,9 cuando el Señor le pregunta a Caín luego de haber matado a Abel: ‘¿Dónde está tu hermano?’, y señalar el deber y la responsabilidad con nuestros hermanos, principalmente con los que más sufren y menos tienen. El Señor nos pregunta por eso ¿Dónde está tu hermano? Porque Él quiere hacernos solidariamente responsables de sus vidas y de su bienestar.
“No hay necesidad de ofender cuando no estamos de acuerdo con el otro, tenemos que buscar la cercanía, la escucha y la capacidad de mirarnos, conocernos, comprendernos y dialogar, sin olvidar que el diálogo no consiste en imponer mi verdad como si fuera la única y verdadera, lo que sí impone el diálogo es la escucha sin descalificar al otro, el respeto sin la burla, la tolerancia sin la complicidad”, expresó.
“No le debemos tener miedo a pensar diferente, pero sí debemos temer a la violencia, porque nos conduce al odio, a la venganza y al enfrentamiento irracional”, agregó.
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Gran responsabilidad
El sacerdote le recordó a los líderes de las manifestaciones que deben ser responsables, consecuentes, prudentes y sabios en sus decisiones y palabras para que no caigan en un dañino populismo que aumente el caos social.
“Nos duele la violencia con la que algunos han querido manchar las manifestaciones de ciudadanos pacíficos y amantes de la democracia, que haciendo valer su derecho a expresar el pensamiento crítico, tienen claro que este mecanismo es necesario cuando todos los caminos de diálogo han sido agotados, pero sin duda nada, absolutamente nada justifica la violencia o la limitación al libre tránsito de las personas”, aseguró.
Monseñor dice que a raíz de los problemas de pobreza, desempleo, inseguridad, violencia y hasta promesas políticas incumplidas que ha enfrentado el país en los últimos años, los cuales han aumentado durante la pandemia, es entendible que muchas personas estén desesperadas, pero le pide a los ciudadanos sacar lo mejor de sí para superar la crisis.