EscucharEsta es una historia de videojuego, pero en la vida real y tiene que ver con la superpoderosa transnacional Nintendo y un humilde supermercado de San Ramón que se llama, desde hace añales, “Súper Mario”.
Hace pocos minutos, el economista, contador y licenciado en Derecho José Jiménez Blanco, brincando en un pie de la felicidad, nos confirmó lo que considera “mi mayor logro profesional, el cual difícilmente lo pueda superar”.
Le ganó un pleito legal por el registro de una marca para Costa Rica a una tremenda empresa como Nintendo “y eso no pasa todos los días”, confirmó.
Explica el asesor legal que desde hace muchos años don José Mario Alfaro González, ramonense de la pura cepa, tiene el supermercado que se llama Súper Mario registrado ante el Registro Nacional (en la Dirección de Propiedad Intelectual) y justo ese nombre coincide con una de las marcas de Nintendo.
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“Desde que terminé la universidad en el 2013 me propuse darle una imagen corporativa al negocio y registrar el nombre para la categoría local de venta de abarrotes”, nos aclaró Carlos Alfaro, el hijo de don José Mario.
“En un principio se logró la inscripción, pero el año pasado tocaba hacer la renovación y adivinen, como nos hemos dado a conocer por redes sociales, la multinacional pegó el brinco y alegó que Súper Mario pertenece a ellos a nivel mundial.
“Ellos tienen registrado un montón de categorías: videojuegos, ropa, artículos de colección, juguetes, artículos escolares, adornos, etc. Pero no la venta de abarrotes y por eso el Registro Nacional falló a nuestro favor”, explicó el hijo de don Mario.
El asesor legal nos explica que la renovación del registro de marca se da cada 10 años y en el 2014 don Mario no tuvo ningún problema para inscribir su supercito; sin embargo, pasada una década todo cambió y hasta el monstruo internacional se dio cuenta que el humilde local de San Ramón existía.
¡Comienza el juego!
“Teníamos todo el año pasado para hacer el trámite. Ellos (Nintendo) en julio del 2024 presentan la oposición a ese registro de marca y ahí comienza todo el pleito legal con un monstruo mundial. Yo soy el contador de ellos y asesor legal y me pidieron la renovación del registro de marca, ese proceso inició en el 2023″, recordó.
En la apelación, cuenta Jiménez Blanco, que la gente de Nintendo presentó un montón de papeles, demasiados con tal de asegurase la victoria en suelo tico, y eso también los hizo analizar el echarse para atrás y no metérsele al tren, pero cuando llegó el momento de la decisión final, la fuerza poeta se impuso.
“No crea, la cosa no fue fácil. Con don Mario y su hijo, comenzamos a pensar si nos metíamos o no con ese monstruo mundial y nos dimos varios días para analizarlo, ellos por su lado y yo por el mío. No era una decisión fácil.
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“Es que uno sabe que esas grandes empresas tienen todo el dinero del mundo para pelear y eso hay que pensarlo muy bien. Incluso, pensamos en no meternos en el pleito entre esa marca mundial y un pequeño súper de San Ramón, por eso hasta analizamos en cambiarle el nombre al súper y dejar las cosas así, sin pleito”, reconoció el asesor legal.
Pleito con todo
“Don José y su hijo me dijeron que íbamos con todo, que ellos consideraban que tenían la razón y que por eso no se iban a echar para atrás que, si Nintendo quería pleito, pues pleito le iban a dar hasta las últimas consecuencias.
“Le cuento que fue una decisión valiente, una decisión de firmeza, de confianza en que teníamos la razón en nuestros argumentos. Eso es algo en lo que todos coincidíamos, en que sí sentíamos que teníamos la razón en todo”, agregó.
El Registro Nacional envió la notificación final a favor del Súper Mario de San Ramón el pasado 21 de enero. Ya esa notificación es la definitiva, la que les da la razón a los ramonenses de Costa Rica y deja “game over” (juego perdido) a los de Nintendo.
“Nosotros respondimos todos los argumentos de Nintendo. En cada punto les demostramos que estaban equivocados y que nosotros teníamos la razón. Si bien el registro que tiene Nintendo es de 45 categorías, hay una que no tienen registrada la que habla de un abastecedor que distribuye productos de la canasta básica.
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“Además, argumentamos claramente que en Costa Rica la palabra súper se refiere a un supermercado, que así se les dice aquí y que el propietario se llama Mario. Nosotros demostramos que no estábamos actuando de mala fe sino de acuerdo al ser del costarricense y al final se nos dio la razón”, aseguró Jiménez.
