La crisis económica que viven en su hogar, motivó a dos niños de barrio Cedral de Ciudad Quesada a usar todo su ingenio y arte para que no les falte la comida a sus otros tres hermanos y a la mamá.
De acuerdo a lo que nos cuenta doña Jessica Castillo, la mamá, como ella trabaja haciendo almohaditas y todo tipo de recuerdos sublimados, el coronavirus se le paseó en su única fuente de ingresos. Entonces, desde que arrancó la cuarentena, no se gana ni un cinco.
Conforme pasan los días las necesidades crecen, porque además de la plata para la comida y el alquiler de la casa, deben pagar los recibos de la luz y agua.
Si bien el Ministerio de Educación les pega una salvada tremenda con la comidita que les da a sus hijos, el asunto se comenzó a complicar todavía más hace tres semanas y eso hizo que el ingenio familiar saltara.
“Yo sé muy bien que la comida del Ministerio de Educación es específica para cada hijo; sin embargo, me ha servido mucho para que todos en la casa tengamos aunque sea un poquito para comer, en verdad que ha sido una gran bendición. De no ser por esa gran ayuda, casi que puedo decir que no hubiésemos tenido absolutamente nada para comer”, reconoció la mamá.
Grandes artistas
“Mis dos hijos mayores, Hillary (Oporta Castillo, quien tiene 13 años) y Luis Osvaldo (12 años), se me acercaron y me dijeron: ‘mami, aquí no va a faltar la comida, nosotros vamos a hacer dibujos, sacaremos una mesita a la calle, le ponemos un mantel blanco y cambiaremos los dibujos por arroz y frijoles, por comida’”, nos contó la orgullosa madre.
No fue paja. Como toda la vida les ha encantado dibujar, los hermanos agarraron un cuaderno viejo que tenían con varias hojas limpias, sacaron sus lápices de escribir y las crayolas, para en menos de 2 días tener como 20 dibujos listos.
Antes de tirarse a la calle, una vecina bien pura vida se dio cuenta de la situación y llegó a donde la familia a tomarle fotos a los dibujos para publicarlos en Facebook. Fue así como llegaron tres familias a dejar jamita a donde los artistas. No se llevaron ningún dibujo, pero les dijeron que debían prometer que seguirán dibujando porque se les nota que serán grandes artistas.
Hillary estudia en el colegio Francisco Amiguetti, está en sétimo; Luis Osvaldo es uno de los estudiantes de sexto grado de la escuela de Cedral, a esa misma institución van Michael (de 10 años, está en cuarto grado) y Stacy (tiene 6 años y está en primero). Lujeicy es una preciosa bebita de 2 años. Los cinco son hermanos e hijos de doña Jessica.
Muy positivos
Los niños están demasiado alegres porque ya sus dibujos ayudaron al hogar y pudieron llenar un poquitico la alacena; sin embargo, saben que pronto se acabará esa primera ayuda así que alistaron otro poco de dibujos para que la gente les colabore.
“Yo creo que todos los niños que tengamos algún talento deberíamos sacarlo para ayudar en nuestros hogares. Voy a seguir haciendo dibujos porque en estos momentos mi mamá no tiene cómo hacer dinero, entonces con mi talento le ayudaré, toda la familia necesita comer”, explicó Hillary.
“Sé que es muy difícil, pero con mis dibujos lo primero que quiero es ayudar a que no nos falte comida en estos tiempos de coronavirus que han sido tan difíciles, también me gustaría que mis dibujos nos ayuden a comprarnos una casita y así dejar de pagar alquiler, yo sé que se puede”, agregó Luis Osvaldo.
Nadie ayuda
Doña Jessica nos cuenta que nadie de la Municipalidad de Ciudad Quesada se ha arrimado a ver las condiciones en que ella vive con sus hijos y por más que ha tocado puertas en esa institución, nadie se las abre.
En el caso de la Iglesia católica, también tocó las puertas de la parroquia de Ciudad Quesada, ahí la atendieron amablemente y la hicieron llenar un formulario; sin embargo, hasta el día de hoy, nada de nada.
Esta familia no se arruga. Doña Jessica es la que se preocupa en serio, pero al ver a sus hijos tan empunchados haciendo dibujos, le vuelve la fe y la motivación, porque los ve muy convencidos de que sus obras de arte sí llenarán la alacena.