Fabián Cortés Sánchez tiene 7 años y celebra este Día del Niño haciendo lo que más le gusta: muñequitos de plasticina para aumentar su colección.
Este pequeño escultor también colecciona figuras de Lego, pero de forma muy diferente, él agarra una figura del ratón Mickey, le quita la cabeza y le pone otra diferente, por ejemplo. Es que le gusta coleccionar sus propias creaciones.
Lo de ser coleccionista lo trae en la sangre, en el ADN, porque su papá, don Cristian Cortés Badilla, es un enamorado coleccionista quien logró que su hijo también se apasionara con el tema de las colecciones de figuritas.
Fue a los cuatro años que Fabián comenzó a usar la plasticina para hacerse muñequitos que él mismo inventaba, además, aprovecha las figuras de Lego para sus propias creaciones e, incluso, mezcla esas figuras con algún aporte suyo en plasticina.
“Me encanta coleccionar al igual que mi papá. Respeto mucho la colección de él. Entiendo que él tiene su colección y yo tengo la mía. Cuido mucho cada figurita de mi papá, porque sé que él las quiere mucho, al igual que yo las mías.
“Cuando mi papá va a las exposiciones de coleccionista me encanta acompañarlo porque disfruto mucho acomodando los muñequitos y viendo las colecciones de otras personas. Coleccionar es muy lindo”, dice Fabián.
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Nos cuenta el papá que Fabián se toma muy en serio lo de ser coleccionista, porque se aprende los nombres de todos los personajes, de cada figurita, por eso en las exposiciones prácticamente él es quien le da la explicación a las personas que se acercan y es una explicación bien completa.
“Tenemos Instagram (Mundo de Minifiguras de Lego), ahí publico algunas de las figuras que mi hijo hace y ya ha recibido varias felicitaciones de la gente aquí en Costa Rica, pero también, y eso me ha dejado muy sorprendido, recibió una felicitación de uno de los coleccionistas más importantes de Japón, le dijo que para tener 7 años sus creaciones son muy buenas.
“Hace pocos días hicieron una actividad con Legos en la escuela (Fabián está en primer grado) y recibió una tremenda felicitación por haber hecho un tren a una velocidad increíble”, cuenta don Cristian.
Alegre herencia
El amor por coleccionar le nació a don Cristian (quien tiene 50 años) casi a la edad que tiene Fabián. Eran otros tiempos, por la década de los setenta. Para comprar juguetes prácticamente solo estaba la Librería Universal, la Librería Lehmann, Rodolfo Leitón y pare de contar, entonces así como que tuviera muchas figuritas, no.
“Me acuerdo que a un primo (siempre hay un primo con más plata que uno) le compraban figuras de la Guerra de las Galaxias y esas figuritas traían como una pequeña revista, pues le pedía esa revista a mi primo, recortaba las figuras y las pegaba a un cartón y esas eran mis figuritas para jugar, de cartón.
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“Conforme fui creciendo pude ir comprándome ya mis figuras y así consolidé mi afición por coleccionar”, recuerda el vecino de Moravia, quien ahora tiene una colección de 2.450 piezas de Mini Legos.
Casi todos los coleccionistas han vivido su momento amargo con sus colecciones y don Cristian no escapa a eso.
Cuando llegó la pandemia recibió un fuerte golpe en lo económico y tuvo que tomar la decisión de vender su amada colección de figuritas de Lego de la Guerra de las Galaxias que armó durante casi 10 años. Fue un golpazo al corazón de su pasión por la colección.
Próximo astronauta
Fabián también está armando ya su colección de pistas de carros de Hot Wheels. En diciembre del año pasado aumentó esa colección con la pista Gorila que es una de las más grandes que ahora tiene.
También le gusta a Fabián ponerse trajes, ya usó el de Capitán América, Batman y Supermán. Lo mejor de todo es que ese pequeñito coleccionista está convencido que hay dos trajes que mejor le han quedado y son los que quiere usar siempre cuando sea grande: el de astronauta y la gabacha de doctor.
“En la escuela me encantan las clases de inglés y matemáticas. Ya en inglés me saqué un 100 y en mate un 99. Cuando sea grande quiero ser astronauta o doctor”, dice Fabián quien de seguro lo de la Medicina es por influencia de la mamá, doña Ivany Sánchez Chavarria, quien es enfermera, así como un tío.