Un niño de 11 años, que padece una enfermedad del corazón, le mandó una carta a la Virgen de los Ángeles pidiéndole un favor muy especial.
Debido a su condición médica, al pequeño han tenido que internarlo montones de veces y le han tenido que hacer cinco riesgosas cirugías de corazón.
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El chiquito vive en Guácimo, Limón, y su mamá, sus dos hermanas y otros allegados se fueron en bus hasta la parada de Caribeños en San José y desde ahí salieron en romería hasta Cartago para traerle la carta a la Virgencita.
Gloriana Álvarez, mamá del niño, contó que salieron de Caribeños a las 9:30 de la noche del jueves y tuvieron que hacer varias paradas porque sus hijas hicieron la romería por primera vez y se cansaron bastante, por eso tuvieron que caminar despacio.
Llegaron a la basílica a eso de las 7 de la mañana con un corazón lleno de fe.
“Siempre que puedo vengo, soy muy creyente y tengo un hijo en condición especial, entonces se lo encomiendo a Dios y a la Virgen. Todos los años mi hijo es el principal motivo de mi romería.
“Él le hizo una carta a La Negrita pero como no puede caminar hasta aquí la mandó conmigo, ya la fui a entregar”, contó la devota.
Niño ya no quiere que lo operen más
Esta madre contó que él siempre ha sido muy amoroso con su familia, por eso en la carta le pide a la Virgen que cuide la salud de todos sus seres queridos.
“Le pidió a la Virgen que toda la familia estuviera bien y que estuviera unida, también le pidió que por favor no lo operaran más, ya ha tenido cinco cirugías y no quiere más, por eso hizo la petición a la Negrita”, contó la mujer.
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La orgullosa mamá dice que gracias a Dios y a la Virgen su hijo ha superado todas las pruebas que la vida le ha puesto y en su caminar lleno de fe rogó para que siga siendo así porque lo que más quiere en la vida es ver a sus hijos crecer y tener una vida plena.
“Él es el bebé de la casa y junto a mis otras dos hijas son los motores que me impulsan a seguir adelante todos los días”, manifestó Gloriana.
La valiente llegó a la basílica muy cansada y con dolores, pero feliz de que pudo cumplir con la misión tan especial que le encomendó su chiquito.
“Llegamos con mucha hambre así que vamos a buscar un lugar para comer algo y después nos quedamos a la misa Solemne de la Virgen porque es algo que nos gusta mucho.
“Después de eso vamos a agarrar el tren para devolvernos a San José y de ahí nos vamos en bus hasta la casa”, relató.
La mujer reconoció que es un viaje muy casado, pero asegura que vale la pena por todos los favores que les ha concedido la Negrita.
“Hay que animarse a hacer esta peregrinación de fe, mis hijas pensaban que no iban a llegar pero sí lo hicieron, todos tenemos una fortaleza interna que nos ayuda, también la fe, por supuesto”, aseguró la mujer.