Santiago Trullas Arroyo, quien tiene 7 años, le dijo a su mamá, doña Andrea Arroyo, el pasado 12 de setiembre que tenía que hacer un farol para desfilar el 14 de setiembre.
Doña Andrea le explicó que no se podía desfilar debido a la pandemia, pero el güila insistió en que tenían que celebrar el cumpleaños de la patria.
“No importa mami, vamos con nuestra burbujita, vamos con el farol, lo encendemos y caminamos unos 300 metros nada más, pero no podemos dejar de hacerlo, hay que ir, no se puede perder el patriotismo”.
Por eso, durante dos días él y la mamá se pusieron a bretear en un farol bien típico. Santi, como le dicen de cariño, escogió como tema una casita de adobe que todavía hace unos 10 años se veían mucho en San Antonio de Escazú.
Santi hizo su farol casi que solo, ya que la mamá le ayudó con detalles como con la pistola de silicón. Este alumno del grupo 1-2 del primer grado de la escuela Benjamín Herrera de Escazú, la tiene bien clara.
“Cuando los faroles quedan muy lindos es porque los hicieron los papás y no el estudiante.
“Me sentí muy feliz de haber desfilado, no importa que estuviera solo. Había que desfilar para celebrar por el país, sé que estamos en tiempos de covid-19, pero en burbuja pudimos encender el farol y disfrutar la independencia”, comentó Santi, quien tiene dos hermanos, Montserrat de 22 años y Gabriel de 14.
Por si quedaba alguna duda del fervor patrio que lleva Santiago en el pecho, les comentamos que, incluso se ganó un chorreador de café y una jarra de aluminio con chocolates por decir la mejor bomba en el concurso que todos los años hace el supermercado Panter en San Antonio de Escazú.