Cuando a Mathew lo diagnosticaron con autismo grado tres, sus padres decidieron llevarlo a terapia con caballos, porque habían escuchado que eso ayudaba mucho a los niños con esa condición. Él tenía apenas dos años de edad.
Con tan solo dos meses en esas sesiones terapéuticas, ellos comenzaron a notar los cambios. En ese momento surgió la idea de crear un espacio en el que más niños pudieran asistir, para que al igual que Mathew, experimentaran los beneficios.
Fue así como hace cinco años nació Asotequi, una asociación de terapia equina sin fines de lucro, en El Cedro de Grecia, fundada por los papás de Mathew, quienes se dieron a la tarea de buscar un lugar para construir un establo y con el espacio suficiente para brindar las sesiones terapéuticas con los caballitos que comprarían.
“La persona que nos animó a crear este proyecto fue nuestro hijo. Mediante la equinoterapia nuestra vida realmente cambió y viendo lo bien que le hacía, lo que funcionaba y las mejoras que tenía, decidimos estudiar, prepararnos y crear un lugar para tanta gente que lo necesita ”, explicó Andrés García, papá de Mathew.
La nueva experiencia les permitió conocer la enorme necesidad que tenían otros chicos, ya sea por alguna condición del espectro autista o por alguna discapacidad física o cognitiva.
Andrés llevó cursos para capacitarse e hizo yunta con la mamá del niño, quien estudió educación especial. Combinaron sus conocimientos para echar a andar este proyecto social.
“Vimos que muchas personas necesitaban este servicio, pero lamentablemente no tenían los medios económicos o eran de recursos limitados, en la zona de Occidente. Por eso creamos esta organización, para ayudarlos y que vivieran los beneficios de esta terapia”, detalló.
Poco a poco, los pacientes de todas las edades comenzaron a llegar: niños, jóvenes y adultos, quienes encontraron en la asociación y en sus hermosos caballos una motivación para mejorar en aspectos emocionales, físicos y hasta de socialización.
La familia de Valeria Arroyo Solera lo confirmó, cuando con 15 años de edad comenzó con las sesiones, debido a una discapacidad cognitiva moderada. Suma dos años de terapia equina, una vez por semana.
“Ha traído grandes beneficios para su desarrollo físico, emocional y social. Ha mejorado su postura corporal y su tono de piel y disfruta mucho el contacto con el caballo, considerando que tiene temor de cualquier animal”, contó María Ester Solera, su mamá.
Además, representó beneficios en la socialización de Valeria, pues ahora se le facilita más relacionarse y mantener conversaciones con personas fuera del núcleo familiar.
“El contacto con el caballo le trasmite mucha seguridad y como parte de los avances más significativos es lograr ir a citas con el dentista y que no le de tanto temor como antes”, recalcó la madre.
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Relatos y experiencias
La asociación recoge a diario relatos de familias, por ejemplo, el pequeñito Lucas Jiménez, de un año y siete meses de edad, a quien diagnósticaron con parálisis cerebral y síndrome de West, una enfermedad que produce crisis epilépticas o espasmos infantiles.
“Desde que comenzó a asistir a la equinoterapia hemos visto otro Lucas, ya tiene mejor control de la cabeza, ya abre más sus manos y se ha vuelto más sociable”, contó Britany Venegas, la madre.
“Esto nos hace muy felices, esperemos que cada día sigamos viendo más avances en él. También le ha ayudado en su tono muscular”, recalcó.
Otro caso con resultados muy positivos fue el de Isabela, una niña de 4 años de edad, con parálisis cerebral y poca visión. El contacto con Rosiño, uno de los caballos de este lugar, marcó un antes y un después.
“Desde el primer día sentimos la diferencia en lo que fue la postura, la visión, comenzó a hacer giros y a sentarse sola, esto ha sido una maravilla”, dijo Verónica Ávila, su madre.
“Uno se da cuenta de la cantidad de niños que necesitan las terapias y que necesitan esa motivación, pero hay padres que no tienen los recursos para llevarlos”, detalló.
Este año Asotequi creció, pues con mucho esfuerzo y trabajo lograron abrir otro centro en San Isidro de San Ramón.
Las empresas o personas interesadas en colaborar con Asotequi, pueden contactar a Andrés García, al teléfono 8340-2317. La asociación busca patrocinadores o padrinos para recoger dinero que les permita becar a más niños y jóvenes de escasos recursos que necesiten asistir a terapia equina. Además, la asociación debe cubrir los gastos mensuales por alquiler, comida para los caballos, veterinario, asistentes y mantenimiento, entre otros.
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