José Andrés González fue uno de los ocho niños borucas que conocieron San José este 8 de diciembre. “Creí que era parecido a mi pueblo, pero es grandísimo y lindísimo”, nos comentó el pequeñito.
Conversamos con José en el gimnasio de barrio Cuba, en donde compartía con más de 300 niños que recibieron regalitos navideños y útiles escolares de parte de la Asociación Costarricense de Motoclubes.
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Casi ni durmió ya que, junto con sus otros siete amiguitos, salieron de la reserva indígena boruca a las 3 de la mañana para poder estar, 6 horas después, en barrio Cuba. Tiene 12 años y ve el paseo a Chepe como su regalo de graduación porque ganó sexto grado en la escuela Doris Soto y ahora va para el Liceo Académico de Boruca.
“Hay demasiados edificios. Me lo imaginaba diferente (a San José). Hay demasiada gente, pero ha sido muy bonito, todo me ha gustado. Las calles son muy diferentes a las de mi reserva indígena. Hay pocos árboles”, agregó José Andrés.
Estaba supercontento junto a Zoe Lázaro, Aquetzalí Mora, Reichel Maroto, José Pablo Lázaro, Thiago Chinchilla, Lucián García y André Mora, sus otros amiguitos que también son borucas. Ellos fueron a la actividad, pero hay regalos y útiles para 47 pequeños de esa reserva indígena.
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José Andrés sabía muy bien que iba a recibir un regalo y estaba esperando con todas las ganas que fuese una bola de fútbol porque le encanta mejenguear. “Soy defensa y me gusta mucho el fútbol. Siempre que puedo juego en mi pueblo”, asegura.
Tuvimos que hablar rapidito con el pequeñito porque ya estaban comenzando las actividades que se realizaron antes de que cientos de niños recibieran un alegronazo tremendo para esta Navidad.
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Doña Adriana Lázaro Morales, también indígena de ese pueblo y quien andaba a cargo de los niños, nos explica que es el segundo año que algunos niños borucas reciben regalito y útiles, pero es la primera vez que vienen a San José.
“Están encantados de conocer esta otra parte del país. Llegamos en buseta desde la reserva indígena y ellos venían demasiado contentos viendo para todos lados, disfrutando cada momento. Es una experiencia muy bonita para ellos porque fiestas así, con regalos y muchos otros niños, casi no se celebran allá”, comentó doña Adriana.