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Niña superó muerte del papá haciendo galletas y ayudó a su madre a salir adelante

Compañero de la escuela fue quien le dio el empujón

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“Baking Hope by Sofy” (Horneando esperanza por Sofy) es como se llama el proyecto que le dio a Sofía Aguilar una entretenida y deliciosa forma de superar la tristeza que enfrentaba por la pérdida de su papá.

Sofía Aguilar tiene buena mano en la cocina y así ayudó a su familia a salir adelante. Foto: Cortesía (Cortesía)

Esta simpática niña es de Cartago, tiene 9 años y encontró en la cocina una aliada para ayudarle a su madre a levantar el ánimo y obtener ingresos para sacar adelante a sus dos hijos, hermanos de Sofi.

El proyecto comenzó hace solo un mes y una semana; sin embargo, como terapia para superar el duelo fue desde mediados de marzo y gracias a Zahid Vargas, un amiguito de la niña.

“Se suspendieron las clases el 16 de marzo y, como todos los niños, se mantuvo en su casa, pero un día después mi esposo Aaron falleció y el compañerito de Sofi comenzó a hacerle videollamadas para distraerla porque no estaban yendo a la escuela y para fuera liberando un poco el dolor. Y en una de tantas conversaciones le dijo, ¿por qué no hacemos recetas?, duraron como un mes cocinando algo diferente cada día y así comenzó la aventura”, explicó Katnerine Coronado, madre de Sofía.

Ella vio que era capaz de hacer una receta sola, que todo le quedaba rico y se entusiasmó.

Comenzaron con queque de banano con glaseado de limón o sin él, a gusto del cliente, y galletas de mantequilla que venden a través de pedidos en las redes sociales (a partir de la próxima semana incluirán más delicias que entregarán más allá de Cartago y San José).

“Bendito Dios nos ha ido muy bien y la gente nos pide otros productos y ya los vamos a ir incorporando”, explicó doña Katherine.

Sofía Aguilar logró levantar anímicamente a su familia luego de la muerte de su padre. Foto Cortesía (Cortesía)

Se derrumbó el mundo

El fallecimiento de su esposo le dio a Katherine la sensación de que el mundo se le venía todo encima por el dolor, el miedo y la incertidumbre de cómo haría ahora.

Una semana después otra noticia terminó de derrumbar lo poco que podía quedar en pie con la noticia de la suspensión de su contrato laboral.

Ahora no solo debía sacar adelante a Sofía y a Rubén (entonces de tres meses) sin su esposo Aarón Mora, sino que no recibiría un salario.

“Me acuerdo que cuando recibí esa noticia (del trabajo) solo veía la fotografía de Aarón en el altar y le pregunté ‘¿ahora qué hago?’ Sentí que todo se me derrumbaba. Mis papás vinieron a acompañarnos y ellos fueron los que me cuidaron a Sofy esos días mientras yo pasaba encerrada en el cuarto con el bebé”, recordó la mamá.

Carlos Coronado, el abuelo de Sofía, era quien la ayudaba a meter las bandejas en el horno cuando ya estaba con lo de la cocinada, pero un día la niña le dijo a su mamá que quería hacerlo con ella.

“Con eso me sacó del cuarto. Luego me dijo que quería grabar unos videos en Youtube y empezamos a grabar las recetas y fue un boom, todo el mundo empezó a dejarle mensajes de que linda ella, qué extrovertida y desenvuelta”, agrego Katherine.

Sofy y su mamá trabajan juntos en la respostería que venden. Foto Cortesía (Cortesía)

Entre las recetas que buscó estaba la del pan de banano y cuando lo probaron le había quedado tan rico que decidieron no subirlo al canal de Youtube y empezaron a venderlo.

La primera vez que lo promocionaron vendieron 35 queques y 85 paquetes de galletitas. Gustó tanto que la gente no creía que una niña de 9 años lo había hecho.

“Con este emprendimiento Sofy me sacó del cuarto, es una terapia y un ingreso económico para nosotros. Sofy descubrió este don en este momento en que tanto lo necesitaban y ella se siente superorgullosa de ella misma porque vio que era capaz de hacerlo”, explicó la mamita.

El queque de banano y las galletas de mantequilla son su especialidad. Foto: Cortesía (Cortesía)

Solidaridad y amistad

Zahid y Sofy no se conocían mucho antes de la pandemia, pero su relación se fortaleció en estos meses.

“A él le gusta mucho cocinar, sus abuelos son chefs y a mi familia materna también por eso desde chiquitita me ha gustado mucho cocinar cosas saladas y desayunos”, contó Sofía.

Las primeras ventas las hicieron entre amigos de la familia y el nombre lo escogieron porque significa la esperanza de salir adelante en medio del dolor.

La bandeja de queque la venden en ¢3.000 y el paquete de galletas de mantequilla a ¢1.500.

¿Cómo comprar?

Las videollamadas con Zahid fueron su terapia inicial. Foto: Cortesía (Cortesía)
Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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