“Mami, vieras que yo quiero agradecerles a los doctores, enfermeras y todos los que trabajan en los hospitales por todo lo que están haciendo”.
Con esa frase, Jimena Isabel Román Ramírez, de 5 años, comenzó una hermosa iniciativa hace tres semanas que, este miércoles, llevó a cabo y fue regalarle chocolates a doctores, enfermeras y personal del hospital Max Peralta, en Cartago, a quienes ella llama sus héroes por defendernos del temido COVID-19.
“Ajá mi amor, cuénteme, ¿cómo quiere agradecerles?”, le preguntó doña Diana Ramírez, la mamá de Jime.
“Diay, con un confitico, aunque sea yo les escribo algo”, respondió la niña.
“Pero eso vale plata, mi amor, ¿cómo vamos a comprar los confiticos?”, le volvió a preguntar doña Diana.
“¡Ya sé mami! A mí se me han caído muchos dientes, por eso el ratoncito (el Ratón Pérez, el que le deja platica a los niños debajo de la almohada por cada diente que se les caiga) me ha dejado bastante plata y con eso vamos a comprar los confites”, explicó la vecinita de Tobosi de El Guarco, en Cartago.
“Pues bien mi amor, entonces así lo haremos, vamos a usar la platica de sus dienticos caídos para agradecerle a sus héroes de la salud”, le dijo la orgullosa mamá a Jimena.
Dientes a la obra
Lo primero que hizo Jime, quien quiere ser odontóloga cuando sea grande, fue ir a revisar el tarrito donde tiene los ahorritos.
Pero cuando vio que el ratón le dejó un platal por los dienticos (16 mil colones), de una vez dijo que nada de confites, que el regalo serían chocolates.
Claro, el ratoncito hizo tan buen trato con ella porque es muy amigo de la familia.
Entre los familiares que conoce el peludo negociante están los abuelos maternos, don Óscar Ramírez y doña Ana Ramírez; los abuelos paternos, don Vinicio Román y doña Gerardina Tencio, así como las tías Marcelli y Guiselle Román y Yessenia Ramírez.
Todo en regla
Doña Diana cuenta que lo primero que hizo fue gestionar los permisos en el hospi y le dijeron que con todo gusto les abrían las puertas, eso sí, siguiendo todos los protocolos de salud.
“Como la decisión no era mía, fui a preguntarle a Jimena y ella de inmediato me dijo que sí, que ella quería ir a donde sus héreoes y agradecerles”, contó la mamá, de 42 años.
Doña Diana dice que su esposo, Elian Román Tencio y su otro hijo, Gérald, de 20 años, también se apuntaron al homenaje.
¿Dónde comprar los chocolates? Pues nada más y nada menos que en el mercado Central de Cartago, en la Distribuidora Villalta, algo que hacen los cartagos de la pura cepa, eso sí, Jimenita es saprissista.
“Mami, estoy feliz”
Mamá e hija alistaron el homenaje en tres días. El chocolatito tenía forma de corazón y tenía unas palabras nacidas del más puro de los corazones que existen, el de un niño.
“Soy Jimena Román, tengo 5 años y quiero agradecerles por su esfuerzo y dedicación. ¡Bendiciones!”, decía el mensaje de la alumna de la escuela Juan Ramírez, de Tobosi.
Cuando Jimena llegó al hospi, una hora antes de la hora que le dijeron, le pusieron alcohol en gel en las manitas, después le midieron la temperatura y por último le dieron una mascarilla.
“Vieras que me agarró la mano muy duro al principio, estaba nerviosa. Cuando ella entró comenzaron a decir que ahí venía Jimena y los propios doctores, enfermeras y todo el personal, comenzaron a aplaudir, me decían que admiraban mucho a una niña tan pequeñita con un corazón tan grande, la verdad me llené de mucho orgullo.
“Cuando terminó de repartir los chocolates, muy llena de bendiciones, agradecimientos y saludos a la distancia, se me acercó y me dijo, ‘Mami, estoy feliz, estoy muy contenta’. Se le notaba en la cara, ella quería agradecerles porque los admira demasiado. Jimena sabe que los trabajadores de la salud se entregan al máximo”, explicó doña Diana.
No es la primera vez que esta moradita demuestra su gran corazón, pues siempre que puede colabora en la escuela con los compañeritos que más lo necesitan. Si se da cuenta que alguien ocupa, al llegar a la casa pone a todos a correr en busca de ayuda.