Pese al atentado que sufrió el sábado anterior el nicaragüense exiliado Joao Maldonado, decenas de personas se reunieron este domingo frente a la estatua de León Cortés, en La Sabana, para manifestarse contra el régimen de Daniel Ortega.
A las 9 a. m. comenzó el movimiento y poco a poco fue calentando el ambiente. A las 10 a. m. se escuchaban gritos que decían: “¡Viva Nicaragua!”, “¡Libertad a los presos políticos!”, “¡Fuera los Ortega Murillo!”, “¡Libertad, libertad, libertad!”.
Los patriotas marcharon hasta la plaza de la Democracia pidiendo la libertad para su país y para todos los presos políticos que Ortega encarceló para evitar competencia en las próximas elecciones presidenciales, que se llevarán a cabo el 7 de noviembre.
La manifestación se da solo a tres días de que los países centroamericanos celebren los 200 años de vida independiente, sin embargo, los nicaragüenses aseguran que mientras Ortega siga en el poder, ellos no podrán sentirse libres.
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Orlando Mejía nació en Masaya, Nicaragua y ahora está exiliado en Costa Rica. Él participó en la manifestación y criticó fuertemente al gobierno de su país por la falta de tolerancia política y por el mal manejo de la pandemia.
“Nuestra gente está muriendo, la mala actuación en la pandemia y la falta de responsabilidad ha llevado a la muerte a miles y miles de nicaragüenses y esas muertes hoy se ocultan.
“A la par de eso tenemos unos 200 reos políticos a los que les tienen restringidos sus derechos, en Nicaragua los derechos del hombre no existen. Por eso es que cada día más gente de Nicaragua se va hacia el extranjero a buscar refugio y protección”, expresó Orlando.
— "Nicaragua prácticamente es una cárcel, está secuestrada por una pareja en el poder". Orlando Mejía, manifestante
El manifestante también criticó el circo político que montó el partido en el poder para convocar a las próximas elecciones, cuando se demostró que quien quiera competir contra Ortega es arrestado y encarcelado.
Eddy Cruz nació en Nueva Guinea, Nicaragua, y también se hizo presente este domingo para defender a su pueblo. El llegó a Costa Rica hace 22 años porque a su familia le quitaron las tierras.
“Nicaragua necesita un cambio de proceso, más democracia... Vengo con mi familia, mi esposa y mis tres hijos para enseñarles civismo, demostrarles patriotismo, amor por su tierra, mis hijos nacieron aquí en Costa Rica, pero también son nicaragüenses.
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“Uno sueña con ir a morir a su tierra, trabajar en ella, hacerla prosperar, aquí uno viene a dejar el lomo en lo que sea, pero nos gustaría volver a Nicaragua. Uno vive aquí, pero piensa en su tierra, en diciembre hace falta el nacatamal y otras cosas, yo antes viajaba allá cada seis meses, pero ahora ya no puedo ir, si ven una foto mía en esta maifestación, por ejemplo, me arrestan”, aseguró.
Herido
Joao es uno de los fundadores de la Unidad de Exiliados Nicaragüenses (UEN) y fue uno de los organizadores de la marcha de este domingo.
Él fue atacado a balazos el sábado a las 4:58 de la tarde, frente a la iglesia evangélica de alabanza, en Escazú. Unos hombres se acercaron a su carro y le dispararon varias veces, logrando herirlo en cuatro ocasiones; las balas le dieron en el hombro izquierdo y en el abdomen.
Pese a los balazos, él logró conducir hasta un centro médico en el que pidió ayuda.
Daisy Vega, otra de las fundadoras de la UEN, contó a La Teja que Joao fue operado horas después y que la cirugía fue de mucho riesgo porque fue a corazón abierto.
“Está en cuidados intensivos, muy delicado, pero los médicos dicen que se va a recuperar. Será un proceso lento, deberá estar en el hospital al menos un mes y luego deberá de seguir con cuidados y revisiones en su casa porque las lesiones son de mucho cuidado, estamos pidiéndole a Dios y a la Virgen que todo salga bien.
“En estos días nosotros recibimos amenazas por redes sociales y a nuestros celulares, nos advertían de que no hiciéramos la marcha, pero decidimos continuar. Esto se debe a que los tentáculos de Ortega están llegando hasta Costa Rica, nos quieren callar”, expresó.
Daisy no pudo asistir a la marcha porque se quedó cuidando a la hija de Joao, una bebé de solo dos años, mientras la mamá de la pequeña visitaba al herido en el hospital.
Por seguridad no mencionaremos dónde se encuentra la pequeña ni tampoco en qué hospital está el nicaragüense.