Lidia Lilibeth Monge Gómez es una nicaragüense que llegó al país en el 2018 con la ilusión de buscar un mejor futuro y más seguro para sus tres hijos.
Cuando se vino a Costa Rica empezó a coger café porque necesitaba empezar a ganarse la vida, pero hace un año, con mucho esfuerzo y dedicación, logró empezar su propio negocito y está que no se cambia por nadie.
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Después de un tiempo de trabajar en los cafetales, Lidia encontró trabajo en una cooperativa en la que hacían bolsos, ahí se desempeñaba como costurera. Ella había aprendido el oficio de la costura en Nicaragua y por eso se adaptó rápido a ese trabajo.
“Desde niña yo siempre soñé con ser diseñadora de ropa, pero bueno, sabía que no era algo sencillo. Ya cuando empecé en la cooperativa fui adaptándome al tema de los bolsos, a hacer moldes y así y se me metió el gusanito de empezar mi propio emprendimiento de bolsos porque me gustaba mucho cómo quedaban”, contó.
Mientras estaba en la cooperativa, la abuela de Lidia se puso muy malita y prefirió renunciar para estar pendiente del asunto. Para poder comprar el arroz y los frijoles se compró una máquina de coser y empezó a trabajarle a una amiga que tiene un negocito de costura.
Triste pausa
Cuando la abuelita de Lidia murió, ella se fue para Nicaragua para acompañar a su mamá, estuvo en su tierra natal un mes.
Ese tiempo la ayudó a reflexionar y le dio la fuerza que necesitaba para echarse al agua porque regresó a Costa Rica con la clara idea de crear su proyecto, así que se puso a buscar capacitaciones y así nació “Elegant”.
“La Fundación Mujer fue fundamental en ese proceso porque me dieron muchas herramientas para empezar.
“Yo siempre supe que tenía potencial para tener mi propio negocio porque siempre he vendido cosas para salir adelante, como comida, productos de catálogo, bisutería, entre otras cosas, y me ha ido bien. Siento que siempre tuve ese orden y facilidad para los negocios y que puedo ser mi propia jefa”, manifestó.
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La pulseadora vive en San Carlos y dice que Elegant aún no tiene redes sociales, pero igual tiene bastantes clientes.
“Aún no estoy asistiendo a ferias, pronto voy a llevar una capacitación para eso y eso me tiene ilusionada porque sé que será importante para mi proyecto. De momento trabajo por encargos, las personas que me conocen o los clientes que ya conocen mi trabajo me buscan y me piden bolsos.
“Pero también hay compañeras que me buscan para que les maquile cosas en mi casa y yo con gusto les ayudo, es algo que les sirve a ellas y también a mí, siempre le agradezco a Dios que no me falta el trabajito”, aseguró la empunchada mujer.
Gran ilusión
Lidia dice que mantiene viva la ilusión de convertirse en una diseñadora de ropa.
“Mi sueño siempre fue ser una diseñadora de ropa, siempre he tenido esa visión. La vida me ha llevado por otros caminos y bueno, para ser diseñadora de ropa se ocupan varias máquinas, hay que hacer una inversión grande.
“Aunque no he podido conseguir esa meta, no pierdo la fe ni las esperanzas, sé que con esfuerzo y sacrificio se puede lograr cualquier cosa, hay que soñar para tener un futuro. Me ha pasado que he recibido muchos comentarios negativos, gente que no cree en mí, hace poco me dijeron que eso de emprender es muy difícil, que mejor me buscara una trabajo, pero la verdad esas cosas no me desmotivan, tengo mis metas claras, así que seguiré adelante”, aseguró.
La vendedora tiene variedad de bolsos de todos tamaños, diseños y colores y los ofrece en la zona de San Carlos, pero también en otras partes del país por medio de Correos de Costa Rica.
La valiente tiene un tallercito en su casa y ahí es donde se empuncha a crear bolsos lindísimos.
Lidia aprovechó para mandarle un mensaje a las personas que quieren emprender, pero que les da miedo.
“Si uno no lo intenta, nunca va a saber si alcanzará el éxito, no hay que escuchar las palabras negativas sobre nosotros o nuestros proyectos, eso no nos define. Es cierto que tener un negocio propio es difícil, hay obstáculos, días buenos y otros malos, pero hay que ser persistentes, tener esperanza y ser pacientes, así los sueños se van volviendo realidad”, aseguró.