Alexánder José Sequeira Lacayo es un nicaragüense de 32 años que tuvo que dejar su país en el 2018. La crisis sociopolítica, que se vivía en ese momento, puso su vida en peligro porque era opositor del gobierno de Daniel Ortega.
Al ver que su libertad y su vida estaban expuestas por pensar distinto al gobierno, buscó la manera de ponerse a salvo y decidió buscar refugio en Costa Rica.
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Él se vino para Costa Rica y se quedó en la casa de una familia amiga. Traía unos 2 mil dólares (cerca de un millón de colones) que se le acabaron rápido, ya que además de hacer frente a sus necesidades básicas, tuvo que pagar un tratamiento sicológico debido a las secuelas que tuvo por las situaciones que vivió, que no le permitían dormir tranquilo.
La violencia que vivió en su país le quitó la paz y lo marcó para siempre. El llegar a nuestra tierra fue un nuevo comienzo para dejar atrás ese dolor e iniciar una vida diferente.
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Cuando estaba en Nicaragua, Alexánder estudiaba Ingeniería Industrial y estaba empezando un negocito de distribución de licor, pero al llegar aquí todo cambió y lo primero que hizo fue buscar un trabajo porque debía hacer frente a sus gastos y tenía muchas metas.
“Trabajé en construcción, fui misceláneo, trabajé en ventas, hice de todo, hasta que llegué a tener un trabajo estable que me permitió empezar a estudiar en la universidad, me metí a la carrera de Mercadeo.
“Primero saqué un técnico, luego el bachillerato y después la licenciatura, fue un proceso de casi cinco años. Durante ese tiempo ahorré todo lo que pude porque siempre quise poner un emprendimiento y en enero de este año lo logré, me siento muy contento con todo lo que he vivido aquí“, contó el pulseador.
Alexander trabajó para una empresa que vendía herramientas y eso lo hizo ver que ese mercado es muy bueno, por eso empezó a buscar opciones para poner un negocio en esa área y lo logró.
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Contactó a varias compañías internacionales y una alemana le abrió las puertas, entonces empezó a traer sus productos. Ahora el nicaragüense es el distribuidor autorizado de la marca Ronix Premium Quality en Costa Rica.
Tiene muchos sueños y ganas de triunfar
Ahorita el empresario solo tiene una bodega, no tiene una tienda como tal. El lugar de almacenamiento está en Barva de Heredia, 700 metros al oeste del banco de Costa Rica, pero sueña en grande y lo primero que hará es poner dos locales.
“Para este año que viene, Dios primero, nos proyectamos con un par de tiendas, una por la zona de San José y estoy haciendo un estudio de mercado para definir dónde ponemos la otra”, contó.
El hombre no le tiene miedo a los retos, por eso cuando le preguntamos cómo se visualiza en el futuro, fue claro y directo.
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“Me visualizo en unos tres o cuatro años siendo el líder del mercado, me veo creciendo como empresario, aportando a la sociedad costarricense porque no solo se trata de ganar y ganar, sino que también hay que dar para contribuir a la construcción de una sociedad mejor”, manifestó.
Alexander dice que sacar su negocito adelante no ha sido nada fácil, ha tenido muchas trabas, sobre todo en lo que es tramitología, porque los procesos son lentos y tediosos, pero con paciencia y esfuerzo ha superado todos los obstáculos.
El nicaragüense dice que estos seis años que ha estado en Costa Rica lo han hecho enamorarse del país, ya lo ve como su segunda patria.
“Me abrieron la puerta para poder refugiarme y eso lo voy a agradecer siempre. Me gusta la gente, me casé acá. Las playas y las montañas son hermosas, también me ha gustado mucho la cultura. La mayoría de personas son amables y ayudan“, expresó.
El pulseador sabe bien que el empezar un negocio tiene muchas situaciones complicadas, por eso le manda un mensaje a quienes están empezando un emprendimiento y sienten temor o ganas de renunciar.
“Una de las claves del éxito es la perseverancia. Hay momentos en los que uno no cree que pueda sacar el negocio adelante, se duda muchas veces, pero si uno sueña con algo y lucha, lo puede alcanzar”, aseguró el valiente, quien cada día da un paso más en su negocio.