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Nicaragüense que llegó a Costa Rica para estudiar ahora tiene su propio negocio

Christian Barillas Vivas se trajo para Costa Rica un negocio familiar que nació en Nicaragua

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Christian Barillas Vivas es un nicaragüense de esos bien empunchados, quien se ha convertido en todo un ejemplo de superación.

Él llegó a Costa Rica en el 2017 con la idea de estudiar y ahora hasta tiene un negocio en el país.

El muchacho contó que su mamá, Ana Vivas Jiménez, nació en Chontales, y ha sido un pilar fundamental en su vida. Él tiene doble nacionalidad: tica y nicaragüense.

Christian Barillas Vivas es un nicaragüense de esos bien empunchados que se ha convertido en todo un ejemplo de superación.
Christian Barillas Vivas trajo el sabor de la comida nicaragüense a Costa Rica.

Cuando Christian llegó al país estuvo estudiando Contabilidad, ahora estudia Ingeniería Industrial.

Llegar a Tiquicia no fue fácil, dice que le costó conseguir trabajo, pero por dicha pudo entrar a trabajar a un banco.

Doña Ana tiene en Nicaragua un negocio de vigorones, ella es muy esforzada por lo que su hijo salió igual. La señora es tan empunchada que allá en su país tiene dos locales, uno en Estelí y otro en Matagalpa.

En agosto del año pasado, el nicaragüense se armó de valor y puso en Costa Rica una sucursal de Don Vigorón.

Con mucho esfuerzo abrió un local en las cercanías de La Sabana, 250 metros al oeste de Teletica.

Vende vigorones mixtos con chicharrón de carne y de concha, así como nacatamales y chancho con yuca, todo con el verdadero sabor nicaragüense.

Christian Barillas Vivas es un nicaragüense de esos bien empunchados que se ha convertido en todo un ejemplo de superación.
Él vende vigorones hechos con la receta nicaragüense.

También tienen bebidas como chicha, pinolillo, chía con tamarindo y cacao, todas tradicionales de Nicaragua.

“Por dicha, las ventas han ido aumentando, la aceptación de la gente ha sido muy positiva y eso nos da mucha ilusión. Mes a mes hemos visto como va creciendo el negocio.

“Tenemos clientes tanto ticos como nicaragüenses, yo diría que un 40% de cada uno y el restante 20% son personas de otras nacionalidades que se acercan a probar nuestra comida. Ya tenemos muchos clientes fieles a la marca”, comentó.

Christian dice que en Don Vigorón trabajan, además de él, tres nicaragüenses más que se encargan de mantener el sazón con secretos del vecino país.

El uso de la naranja agria, el achiote nica y el seguir, paso a paso, las recetas son parte del sello de esta comida.

Además, los postres que venden, como buñuelos, cajetas y piñonates, transportan a quien los prueba a la bella Nicaragua.

Este muchacho piensa en grande, ahora que ve como su negocito se fortalece cada día más, ya quiere expandirlo.

Christian Barillas Vivas es un nicaragüense de esos bien empunchados que se ha convertido en todo un ejemplo de superación.
También vende postres con el sabor único de la gastronomía del vecino país del norte.

“Tenemos planes para el futuro, queremos expandirnos aquí al igual que en Nicaragua. Nuestra misión es dar la calidad de la gastronomía nicaragüense en distintas zonas de Costa Rica”, aseguró el pulseador.

Christian se dedica 100% a su negocio, dejó el trabajo que tenía para echarle ganas a Don Vigorón y se siente satisfecho con su decisión.

Pero bueno, no todo ha sido fácil en este nuevo camino; él reconoce que al principio llegó a tener días malos que lo desmotivaron mucho, pero no se dio por vencido.

“Abrir un negocio aquí en Costa Rica es complicado, el pedir los permisos, los tiempos para obtener la documentación necesaria para la apertura, eso no es jugando. El trabajar para lograr todo eso es bastante desgastante.

“A esto hay que sumarle que el costo operativo en Costa Rica es bastante alto, por eso hay que buscar opciones.

“Pero, ya por dicha, todos esos obstáculos pasaron y ahora me siento contento. Tenemos muchos compatriotas aquí y, al igual que me pasaba a mí, extrañan la comida de nuestro país, por eso siento que el negocio es muy importante para esa comunidad”, manifestó.

Christian Barillas Vivas es un nicaragüense de esos bien empunchados que se ha convertido en todo un ejemplo de superación.
Tanto a los ticos como a los nicaragüenses les encantan estos vigorones.

El joven aprovechó para mandar un mensaje a esas personas que sueñan con tener su propio negocio, pero no se atreven por miedo al fracaso.

“Todo en esta vida es un riesgo y para lograr metas tienes que perder el miedo, mucho es motivación y ganas de crecer”, aseguró.

Al consultarle a Christian si ya ve a Costa Rica como su hogar, dijo que sí, pero que siempre mantiene en su corazón el amor por su natal Nicaragua.

Él viaja mucho a ese país por motivo del negocio y ya sea aquí o allá se siente feliz y en casa.

Si usted quiere probar la comida de Don Vigorón puede visitar el local de domingo a jueves, de 10 a. m. a 9 p. m., y los viernes y sábados de 10 a. m. a 10 p. m.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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