El nicaragüense Max Jerez vivió la peor pesadilla que cualquier hijo podría tener, su mamá enfermó de gravedad mientras él estaba preso de forma injusta por razones políticas y se enteró de que ella había fallecido hasta cerca de un mes después.
Sus allegados le contaron que hicieron todos los trámites necesarios para que le dieran permiso de despedir a doña Heidi Meza en su lecho de muerte o al menos asistir al funeral, pero nunca hubo respuesta por parte de las autoridades de la cárcel de El Chipote, donde estaba encerrado por ir en contra del régimen de Daniel Ortega.
Max fue uno de los 222 presos políticos liberados hace una semana por el gobierno de Daniel Ortega. Todos ellos perdieron la nacionalidad y fueron enviados a Estados Unidos sin derecho a regresar. A estas personas las sacaron de la cárcel y de una vez los subieron al avión, así que el joven no pudo ni siquiera ir a la tumba de su mamá para despedirse.
La injusticia que vivió el nicaragüense inició el 5 julio del 2021, cuando un grupo de policías lo llegó a buscar a un casa de seguridad, donde estaba escondido, para arrestarlo y llevarlo a la cárcel. Lo acusaban de traición a la patria.
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Los primeros tres meses de encierro fueron los más duros porque estuvo aislado en una celda de dos metros cuadrados, en la que ni siquiera había ventanas. Su cama era una loza de cemento con una colchoneta. Tenía que hacer sus necesidades en un hueco que servía de sanitario, pero sobre él también tenía que asearse y hasta lavar la ropa.
“Era muy difícil saber si era de día o de noche, qué día era, qué hora era. En la celda había una luz que permanecía encendida las 24 horas. Trataba de llevar el control de cuántos días pasaban según el horario de comidas y hacía marcas en un jabón para llevar un control.
“Me daban muy poca comida, casi siempre me servían gallo pinto con guineo y queso, pocas veces cambiaban el menú”, relató.
19 meses estuvo preso Max
Un gran dolor
Max cuenta que sentía mucha angustia porque no le permitían tener contacto con su familia, fue hasta tres meses después de su encarcelamiento que tuvo su primera visita.
“Fue para mí una sorpresa no poder ver a mi mamá ese día, era la única persona que tenía previsto que llegaría a verme, pero no pudo llegar porque estaba hospitalizada. Me mandó una carta en la que me decía que estaba bien, que le estaban haciendo un tratamiento, pero para mí fue algo muy difícil.
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“Varias semanas después tuve otra visita familiar y fue donde se me informó que mi mamá había muerto y que se habían hechos las acciones posibles para que se me permitiera el derecho de ir a verla antes de su muerte y de asistir a su funeral, pero no solo me negaron eso, sino que tampoco me informaron de la muerte de mi madre, ella murió el 17 de setiembre del 2021 y yo me di cuenta hasta el 13 de octubre de ese mismo año”, relató.
Luego de que lo sacaron del aislamiento, a Max lo pasaron a diferentes celdas en las que convivió con varias personas y luego de una intensa pelea por parte de sus compañeros de lucha que estaban libres, fueron soltados de un momento a otro, pero la alegría no es completa.
“Saber que muchos dejan a su familia en Nicaragua, de que no podés regresar a tu país, que te están diciendo ya que no tenés nacionalidad y que tenés que abandonar el lugar donde tenías tu vida hecha es complicado, pero a la vez está alegría de terminar esa esta etapa tan dura”.
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Una nueva vida
Alex tuvo que tocar puertas entre los conocidos que tenía en Estados Unidos para que le tendieran una mano mientras logra acomodarse, está viviendo en California y está haciendo los trámites migratorios para poner sus papeles en orden.
El nicaragüense aprovechó para enviar un mensaje de esperanza a su tierra.
“Lo más importante es no perder la fe ni la esperanza, tenemos que seguir adelante y no desistir en la lucha por nuestra libertad.
“Espero y tengo la convicción de regresar pronto a Nicaragua y que las circunstancias de mi país cambien para bien”, dijo el valiente.
Max Jerez estaba estudiando Ciencias Políticas en la Universidad Politécnica, la cual en el 2018 fue tomada por el Gobierno de Nicaragua, hasta le cambiaron el nombre, debido a eso no pudo terminar su carrera.