Cándida Rosa Lazo es una nicaragüense bien empunchada. Su vida no ha sido nada fácil, pero no se ha dejado vencer por los obstáculos, al contrario, los ha enfrentado y superado con valentía.
Ella se vino para Costa Rica en 1996, la acompañó el hombre que en aquel momento era su pareja y con el que aquí en el país tuvo cuatro hijos.
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La mujer cuenta que tomar la decisión de dejar su patria no fue nada fácil, sobre todo por el dolor que le causó dejar a su familia, pero soñaba con un mejor futuro y por eso se vino.
“Al principio todo fue muy duro, nos costó mucho conseguir trabajo, veníamos sin documentos y eso complicó todo porque sin papeles no podíamos trabajar.
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“Tuve varios trabajos como trabajadora doméstica, ya luego quedé embarazada de mi hijo mayor. Ya cuando él nació volví a trabajar en casas porque necesitaba la plata hasta que encontré trabajo en una fábrica, ya tengo ahí 26 años”, contó la mujer.
La nicaragüense dijo que su inicio en Costa Rica fue muy duro, tenía que buscar la plata para el alquiler de la casa y para alimentar a sus hijos pequeños, ya que se había separado del papá de ellos.
“Fue duro tener que hacerle frente a todos los gastos de la escuela, el colegio, pagar casa, pagar agua, luz, teléfono y todo lo demás, sobre todo porque había muchas limitaciones para salir adelante, pero de la mano de Dios fuimos saliendo”.
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Se atrevió a poner un negocio de comidas
La valiente mujer hace tiempo venía pensando cómo podía hacer para recibir un ingreso extra y decidió ponerse un negocio, a sabiendas de que emprender no es nada fácil.
Optó por vender comida nicaragüense los fines de semana, que son los días que tiene libre en su otro trabajo.
Alquiló un local y, a miles costos, pero con mucha ilusión, va luchando para sacar adelante su negocio.
“Ya tengo un año de estar vendiendo comida nicaragüense: carnita asada, enchiladitas, vigorón, quesillo, nacatamales. Ponemos un toldo afuera del local y ahí vendemos los productos, sacamos mesas y las ponemos afuera porque el lugar es muy pequeño”, detalló.
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Su empresita aún está en pañales, se llama Sodita Nicaragüense Candy, la creación de las redes sociales está aún en proceso, pero lo importante es que cada paso que da la empunchada mujer, es firme y con una meta clara.
El inicio del negocio fue muy duro
La valiente cuenta que empezar el negocito fue todo un reto porque tenía que empezar por comprar todo lo necesario para cocinar.
“Cuando empezamos a preparar los platillos tuvimos que empezar a hacer clientela para que vinieran los sábados y domingos, nosotros ponemos un toldo a la orilla de la calle, entonces a veces los carros paran y se bajan a ver qué es, pero ya gracias a Dios tenemos clientes fijos que se vienen a comerse un antojo los fines de semana.
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“El local está en Granadilla de Curridabat, del súper Granadilla 150 metros oeste, casa mano izquierda, portón negro. Abrimos todos los sábados y domingos de 7 de la mañana a 6 de la tarde”, detalló.
Cándida dice que hay temporadas muy buenas, como la de Navidad y otras no tanto, como la que están pasando actualmente, pero siempre le echan ganas para vender porque tienen que sacar la plata del alquiler del local.
“Uno tiene que soñar en grande, yo visualizo mi negocio creciendo, vendiendo cada día más. Quiero más adelante alquilar un local más grande para que los clientes estén más cómodos, ir creciendo y mejorando, pero todo debe ir poco a poco”.
Ahora ve a Costa Rica como su hogar
La mujer dice que después de tantos años de vivir en Costa Rica, ya ve este país como su hogar y siente que ya no se sentiría bien viviendo en Nicaragua.
Ella dice que el tico es amable y que siempre se ha sentido apoyada y aceptada, además, ama la libertad que hay en Tiquicia, por eso sueña con algún día poder comprar una casa propia en esta tierra.
“Duele ver la situación que está viviendo Nicaragua, soy muy afortunada por estar aquí tranquila, yo espero, tengo la fe de que pronto la situación mejore y que los nicaragüenses pueda vivir libres y en paz”, expresó.