Además de los cientos de miles de costarricenses que peregrinaron el pasado 1 de agosto hasta los pies de la Negrita, la Virgencita de Los Ángeles, había un romero muy especial, el nicaragüense Héctor Rosales, quien por tercer año consecutivo caminó los casi 27 kilómetros que hay entre el parque Central de San José hasta la basílica en Cartago.
Conversamos con Rosales, quien es periodista y llegó al país desde el 2018, para que nos contara cómo vive un nicaragüense la mayor fiesta mariana del año en Costa Rica, la romería. Él nació el barrio Veracruz del municipio de Masatepe, en el departamento de Masaya.
“Este 2023 fue mi tercer año haciendo la romería. Me exilié en Costa Rica el 30 de diciembre del 2018, por eso mi primera romería fue hasta el 2019. No fue que conocí a la Virgencita hasta ese 2019, que va, ya tenía muchos años de conocerla.
“Cuando tenía 11 años (ahora tiene 38) vine desde Nicaragua con una excursión que organizaron las religiosas salesianas de María Auxiliadora y visitamos la basílica. Me encantó. A esa edad me presentaron a la Negrita y le agarré un cariño inmediato”, nos cuenta.
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Héctor viene de una familia nicaragüense muy mariana, muy devota de la Inmaculada Concepción de María (que es la Patrona de Nicaragua) que siempre hizo una tremenda fiesta de celebración para las 48 horas que dura la Gritería.
La Gritería es una celebración católica en honor a la Purísima e Inmaculada Concepción de María que nació a principios del siglo 18. Es una fiesta nacional anual que se vive con tremenda fe y devoción entre el 7 y 8 de diciembre.
Impresionado
“Aquella primera romería fue una experiencia lindísima, me encantó y me llenó mucho. Si bien era el único de mi familia que la hizo, porque todos quedaron en Nicaragua, los llevaba y llevo en el corazón, sé que ellos caminaron conmigo.
“Peregriné con varios nicaragüenses exiliados aquí y con orgullo andábamos nuestra bandera azul y blanco, incluso íbamos con filarmónicos, aquí le dicen cimarrona. Me impresionó el fervor tico, aquel mar de gente a altas horas de la noche caminando hacia donde la Virgencita. Ese día lloré de alegría y de agradecimiento por todo lo que me cuida la Negrita”, recordó.
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La pandemia canceló la romería del 2020 y en el 2021 se hizo diferente, había que reservar un lugar para poder ir a alguna misa entre el 1 y 2 de agosto.
Héctor intentó reservar, pero no pudo. Eso no le importó, agarró un bus y se fue para Cartago y ahí esperó que alguien de los que reservó no llegara para que lo dejaran pasar y lo logró, quedó un campo y lo pasaron.
El año pasado la hizo con otro grupo de amigos nicaragüenses y repitió este 2023.
“Fui con siete amigos, todos nicaragüenses. Este año tenía el claro objetivo de entrar de rodillas para poner a los pies de la Virgencita de Los Ángeles la libertad de monseñor Rolando Álvarez y de todos los presos políticos de mi país.
Monseñor Álvarez
Monseñor Álvarez, de 58 años, era el obispo de la diócesis de Matagalpa en Nicaragua y nunca dejó de criticar la dictadura de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, por eso en agosto del 2022 la policía nicaragüense, una madrugada, llegó a la casa parroquial de Matagalpa y lo detuvo junto con otros seis religiosos.
El sacerdote estuvo detenido más de 100 días sin que se presentaran cargos en su contra. En diciembre del año pasado fue acusado por la dictadura de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas” y lo condenaron a 26 años de cárcel y le quitaron la nacionalidad nicaragüense.
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“Salí desde la catedral en San José a las ocho de la noche y llegamos a la basílica a eso de la 1:30 de la madrugada. No paramos ni en Tres Ríos. Fue una romería dura. Yo padezco del ácido úrico y tenía años que no me afectaba, seguro por la caminada me volvieron los dolores y se me inflamó un pie, pero no importa, valió la pena, le cumplí a la Virgencita un año más”, dice con tremenda alegría.
También pidió porque se acabe en Nicaragua la persecución a la iglesia Católica y por la seguridad y la salud de su familia.
“No puedo dejar de peregrinar porque la Virgencita de Los Ángeles me ha protegido desde el 2018, que llegué a Costa Rica”, dice con total seguridad.
“Si algún día tengo que dejar Costa Rica, haré hasta lo imposible por volver para la romería porque ya tengo a la Virgencita de Los ángeles en el corazón. Ella es la que ha bendecido mi camino aquí. Si bien hice mi tercera romería, me sigue sorprendiendo la cantidad de gente.
“Es increíble ver a las 12 de la noche niños, adultos mayores, personas con problemas físicos, caminando con alegría y fe tantos kilómetros. Uno se llena tanto de amor y fe en cada romería que por eso me parece importantísimo hacerla cada año”, reconoce Héctor quien, junto a otros periodistas nicaragüenses, crearon hace cuatro años el medio de comunicación “Nicaragua Actual”, el cual está en todas las redes sociales y se ubica con ese nombre.
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