Jacqueline Blanco Ruiz, de 43 años, es una nicaragüense de Matagalpa, quien llegó a Costa Rica en el 2007 y desde el 2015 está peleando la guerra para que el softbol femenino costarricense no desaparezca.
Nos cuenta la pinolera que nació, creció y estudió en el municipio San Isidro del departamento de Matagalpa. Ahí cursó la escuela y el colegio en el Instituto Nacional San Isidro; sus estudios universitarios fue en la Universidad Popular de Nicaragua (UPONIC), de donde sacó el título en Leyes, profesión que no ejerce en Tiquicia.
“No he podido ejercer las leyes en Costa Rica por diferentes motivos; el primero es que cuando uno emigra es con la ilusión de ayudar a la familia, en mi caso, a mi mamá, eso significó trabajar en diferentes cosas con tal de lograr ingresos económicos.
“De acuerdo con lo poco que me he informado, aquí hay que validar los títulos. Yo tengo tres, me dicen que por cada uno tengo que pagar como millón y medio de colones y eso se me hace casi imposible”, nos explicó.
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Nuevo amor
A pesar de que el béisbol y el softbol son deportes muy fuertes en Nicaragua, Jacky, como le dicen la familia y los amigos, no era aficionada; de hecho, sabía muy poquitico por no decir que nada.
Del 2007 al 2014 se mantuvo tal cual, sin importarle en lo más mínimo qué pasaba con esos deportes en su país natal ni en Costa Rica, pero en el 2015 su esposo comenzó a jugar béisbol y ella lo acompañaba los domingos a La Sabana.
“Acompañando a mi esposo me picó el gusanillo del béisbol. En el mismo 2015 me fui con mi esposo a Nicaragua y compramos todos los implementos deportivos necesarios para jugar béisbol y creamos un equipo, Los Toros del Norte.
“Ya con el equipo creado y compitiendo domingo a domingo en La Sabana, me comencé a relacionar con las otras esposas de los jugadores, y resulta que ellas jugaban softbol. Al principio nada que ver, pero rápido también me picó el gusanillo del softbol”, explica la pinolera.
Reconoce Jacky que no sabía ni siquiera cómo era un guante de softbol ni para qué servía el hueco que traen para meter la mano. Nunca había tenido en sus manos una bola de softbol ni sabía las reglas. Tuvo que arrancar de cero.
Con un muy buen profesor que tuvo, se fue metiendo poquito a poco, paso a paso. No crea que fue amor a primera vista; al contrario, el softbol la fue enamorando día con día, jugada con jugada, ponche a ponche, hasta que la volvió loquitica de amor.
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“Cuando ya estaba bien enamorada del softbol decidí que me gustaba jugar en segunda base, también como jardinera. Jugué un tiempo, a partir del 2017, en un equipo que se llamó Las Pinoleras.
“Fue tanto el amor que volvimos a aplicar la misma receta que junto con mi esposo usamos con el béisbol, crear nuestro propio equipo de softbol al cual le llamamos “Team Zoe”. Mi nieta se llama Zoe, por eso lo del nombre”, explicó.
Se inició la guerra
Hace dos años la matagalpina, por diferentes circunstancias decidió retirarse del softbol y, definitivamente, le perdió todo rastro e información a este deporte en nuestro país.
“Después de dos años de retirada me acerqué otra vez, y recibí un tremendo golpe en el corazón, porque me enteré que el campeonato nacional se estaba jugando solo con tres equipos. Cuando yo me retiré había ocho.
“No me pude quedar quedita, amo demasiado el softbol como para dejarlo morir, y fue así como comencé a llamar amigas, exjugadoras, exintegrantes de otros equipos para que nos reuniéramos de nuevo en La Sabana a pelotear. Les dije que primero armáramos un equipo para divertirnos, nada más”, reconoció.
Con tremenda ilusión volvió a pelotear con amigas y, la verdad, con cuanta mujer se acercaba a las mallas de las canchas de La Sabana. Si una se acercaba, la invitaba inmediatamente a jugar softbol. La energía de Jacky provocó que el Team Zoe se reactivara con muy buenas fuerzas.
“Aunque mucha gente no lo crea, el Team Zoe arrancó el campeonato nacional en el 2024 y hasta se ganó su derecho de disputar la gran final por el título costarricense. No interesa tanto el resultado, sino que muchas mujeres se volvieron a interesar y regresaron a las canchas”, comenta Jacky.
Nosotros sí les pasamos el cuento completo. La gran final por el título nacional del softbol femenino se juega al mejor de tres partidos; o sea, el que gana dos juegos. Team Zoe se enfrentó a Alajuela. El primer partido lo ganaron Jacky y sus muchachas 12-9, y el segundo lo ganó Alajuela 9-2. El partido definitivo será el próximo 26 de enero en las canchas de La Sabana.
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“El softbol es una pasión. Voy a luchar con todas mis fuerzas porque no desaparezca el campeonato femenino. Jugar nos ayuda a relajarnos, a olvidarnos de problemas, a conocer nuevas personas.
“Actualmente, la Federación de Softbol está en busca de nuevos valores, por lo que pueden llamar a los siguientes teléfonos: 8869-8869 y 2549-0925. No importa la edad de la mujer, todas somos capaces de jugar y divertirnos”, aseguró.