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Negocio de venta de alitas nació gracias a inspiradora nota de La Teja

Andrés Granados abrió exitoso negocio en Pavas que en cuatro meses le dio brete a cinco personas

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Andrés y Hellen se esfuerzan por dar un buen producto. Foto: Bryan Castillo. (Bryan Castillo)

Una publicación en La Teja inspiró a Andrés Granados a dejar botada la zona de confort, agarrar valor y abrir su negocio de comidas llamado Buffalo Loco, en Pavas.

El 19 de setiembre del 2019 dimos a conocer la historia de Alexander Muñoz, quien inauguró, también en Pavas, la pizzería Delta Center, con la que le dio trabajo a dos personas más.

Ambos negocios están aproximadamente a un kilómetro de distancia y aunque estos dos pulseadores no se conocen, comparten el deseo de hacer crecer la comunidad en la que viven desde pequeños.

Muñoz nos contó, el año pasado, que su objetivo era abrir más locales para seguir dando brete y brindar cursos para que los jóvenes paveños tengan más herramientas a la hora de buscar trabajo, sobre todo porque según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en el país hay cerca de 297 mil personas sin trabajo.

El testimonio de Alex motivó a Andrés a tal punto que un mes después de aquella nota se mandó al agua y abrió su propia antojería especializada en alitas de pollo.

Sin embargo, también prepara hamburguesas, chifriloco (chifrijos), rastanachos (nachos), papas y quesadillas. Los precios van desde los ¢1.500 hasta los ¢6.000.

“Nuestro producto estrella son las alitas, las vendemos por kilo y las bañamos en diferente salsas, las damos con apio y zanahoria, un kilo vale seis mil colones", dice Andrés.

El negocio es solo de él, pero cuando lo abrió le dio brete a su mejor amiga, llamada Hellen Rodríguez y quien antes estaba desempleada.

“Esto es algo que siempre quise, fue hasta ahora que consolidé la idea. Nos ha ido muy bien, primero empezamos vendiendo diez kilos, luego como nos fue tan bien duplicamos la cantidad y ahora vendemos hasta ciento cincuenta kilos en cinco días”, contó.

Este pulseador, aunque siempre trata de ser positivo, dice que cuando empezó no imaginaba lo que hasta el momento ha conseguido, pues considera que, en muy poco tiempo, le ha ido muy bien.

“Todas las semanas tenemos más ganancias y eso en parte se debe al esfuerzo que le hemos puesto a esto”, dijo.

En una de las dos refrigerados, Andrés guarda el recorte del periódico de la nota que lo inspiró. Foto: Bryan Castillo. (Bryan Castillo)

Ese crecimiento tan rápido le permitió darle trabajo no solo a Hellen, sino a cuatro personas más, dos mujeres que le ayudan preparando los pedidos y los otros dos son mensajeros que reparten la jamita en moto en diferentes partes del Gran Área Metropolitana.

Hellen, quien también es la mano derecha de Andrés, ha visto los frutos de ese empeño que todos han puesto.

“Yo he trabajo como cajera y como encargada de cuentas en agencias de publicidad. Llegó el momento en el que me quedé sin trabajo y no tenía nada, fue algo desesperante. Andrés me comentó de la idea, lo apoyé y ahora hemos crecido bastante”, mencionó la mejor amiga del pulseador.

“Entrar a trabajar aquí fue un reto porque yo no sabía cocinar, al principio eché a perder algunas cosas, pero ahora soy prácticamente una experta", añadió.

Renunció al brete

El negocio pegó tanto que en diciembre anterior Andrés puso la renuncia en su antiguo trabajo, una compañía que fabrica cerveza artesanal.

“Cuando tenía el trabajo fijo salía a las cinco de la tarde y me venía al local para abrir a las seis de la tarde y ahí me la pasaba hasta la medianoche vendiendo. Decidí renunciar porque cada día que pasaba el negocio crecía, cuando me dediqué a tiempo completo, amplié el horario de mediodía a medianoche y por dicha vamos para arriba”, dice Andrés.

Es tanto el éxito que han recibido llamadas de Tibás, Zapote, Moravia, Heredia, Escazú y Santa Ana porque probaron la jama y quedaron enamorados de la forma tan rica con la que cocinan.

“Hace poco andaba en Palmares y me puse una gorra que tiene el nombre y logo del negocio, estando ahí me paró una persona y me preguntó si conocía el lugar, le dije que yo era el dueño y me felicitó por la buena comida que hacemos, para mí eso fue algo muy motivador porque quiere decir que estamos trabajando bien”.

Hellen no sabía cocinar, ahora es una experta. Foto: Bryan Castillo. (Bryan Castillo)

Siga adelante

Buscamos a Alexander Muñoz, el protagonista de la historia que motivó el nacimiento de Buffalo Loco quien le desea lo mejor a Andrés.

Muñoz sabe que mantener un negocio no es fácil, pues hay momentos buenos y otros no tanto.

“Él al igual que yo la está pulseando, lo que buscamos es un beneficio para nosotros y para la gente a la que le damos trabajo. Para mí él es un ejemplo a seguir porque empezar algo propio no es cualquiera, él se anima, él lo hizo y le deseo lo mejor”, comentó.

Si usted quiere probar las alitas, o alguna otra delicia, puede hacer pedidos al número de teléfono 6433-0902, también puede visitar el perfil en Facebook “Buffalo loco Pavas” para ver el detalle de precios, ubicación y descuentos.

Quienes digan que vieron esta publicación tendrán un 10% de descuento en el pedido.

Los productos están en un rango de precios que van desde los ¢1.500 a los ¢6.000. Fotos: Bryan Castillo. (Bryan Castillo)

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