En el acto estuvo un grupo pequeño de trabajadores del hospital Max Peralta, de Cartago, donde fue pintada la obra de arte.
Allí estuvo Anevi Aguilar, enfermera de la Unidad de covid, una de las heroínas que con entrega y sacrificio ha guerreado por salvar la mayor cantidad de vidas posible.
“Estoy muy agradecida por esta gran representación de una ardua labor que se ha hecho a lo largo de este tiempo pandémico en pro de los pacientes afectados por covid”, dijo.
La enfermera del hospital brumoso contó que reciben cada muestra de cariño y agradecimiento de la gente a su trabajo de la mejor manera.
“Para mí el momento más duro siempre ha sido enfrentar la muerte, si bien es cierto que como personal de salud se convive diariamente con ella, la crudeza en la que los familiares se despedían de sus seres queridos a través de una videollamada para mí ha sido lo más impactante tanto a nivel sicológico como emocional”, agregó.
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Anevi aprovechó la ocasión para hacer un llamado y recordar que la pandemia sigue y que todos debemos seguir respetando las medidas sanitarias.
Ronald Vargas, supervisor de enfermería de emergencias del Max Peralta, nos habló de la emoción que le causó el colorido homenaje.
“Es bonito sentir el reconocimiento a tanto esfuerzo y darse cuenta de que hay personas que están pendientes y saben que el trabajo ha sido muy duro y que ha habido mucho sacrificio”, dijo.
El temor es natural
Ronald dijo que, como ser humano que es, ha llegado a sentir temor, sobre todo en los momentos más duros de la pandemia, cuando golpearon las olas.
“Miedo de no saber qué seguía o qué iba a pasar, ver que pasaba el tiempo y cada vez se complicaba más. Tener miedo hasta de llegar a la casa. Hubo compañeros que en algún momento alquilaron un departamento para vivir solos, otros construyeron un baño a la entrada de la casa para evitar contagiar a sus seres queridos”, contó.
Claro, también ha habido momentos que les dieron alegria, como el caso de un paciente en cuidados intensivos que estuvo seis meses en agonía y logró salir. Acompañarlo a la puerta del hospital, donde lo esperaban familiares y ver el agradecimiento de todos fue una enorme satisfacción.
A la doctora Alicia Juncos, jefa del servicio de Emergencias, se le pusieron los ojos vidriosos y se le quebró la voz por la emoción al ver el mural.
“Es una obra maravillosa que va a permitir tanto a la provincia de Cartago como a los funcionarios en salud ver retratada históricamente lo que ha sido, probablemente, uno de los momentos más difíciles que hemos tenido que atravesar”, dijo.
Juncos recordó que son muchos los que han batallado en esta lucha, médicos, enfermeras, personal de aseo, nutrición, terapia respiratoria, psicólogos y trabajo social, entre otros. Ha sido un ejército enorme de gente entregada.
“Me encanta que se haya podido hacer en el exterior del hospital para verlo al entrar y al salir, que el pueblo lo vea y pueda saber que los que estamos aquí, estamos por ustedes y no vamos a detenernos”, puntualizó.
La directora del hospital brumoso, Krissia Díaz, contó que los más de 1.800 trabajadores del centro médico estaban muy agradecidos.
“Ha sido una experiencia increíble, uno no espera tener que enfrentar estas cosas y ha sido una gran enseñanza y ha cambiado la forma de ver las cosas”, manifestó.
Uno por provincia
José Eduardo Alvarado, gerente general de Coopenae, empresa que financió la obra, anunció que regalarán siete, uno en cada provincia del país.
“Surgió la iniciativa de expresarles a los trabajadores de la salud nuestro agradecimiento con un reconocimiento que les dijera ‘muchas gracias por su entrega, esfuerzo, dedicación y sacrificio’”, agregó Alvarado.
Los otros seis murales estarán en el Ceaco, el Hospital Carlos Luis Valverde Vega; el Enrique Baltodano, de Liberia; el de Ciudad Neily y el de Guápiles. El de Heredia esta por definirse.
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El mural del Max Peralta fue hecho por el artista Sebastián Ayala, quien dijo que plasmó en la obra las vivencias de doctores, pacientes, familiares, teletrabajadores y las videollamadas entre pacientes y sus familias, sin dejar de lado algo del paisaje brumoso.
Cuando usted ve un paciente que va a morir se le olvida que no tiene puesto el traje de protección y el instinto que uno tiene de salvar una vida a como dé lugar lo hace ir a atenderlo, y luego se acuerda del traje”.
— Ronald Vargas, enfermero