Nacional

Mulo, el bar herediano que pasó a ser el más viejo del país

Antiguo local sobrevive a punta de bocas y recuerdos rojiamarillos

EscucharEscuchar

El que dice conocer Heredia, pero no ha ido al bar Mulo no está en nada.

La cantina está en calle 10, avenida 4 --o, en buen tico, frente a la bomba Delta-- en el centro de la Ciudad de las Flores.

Mario Zaldívar, investigador y autor del libro Cantinas de Costa Rica, calcula que ronda los 100 años y dice que, cerrado el Gran Vicio (que estaba dentro del Mercado Central de San José desde 1880), esta herediana es ahora la más vieja del país.

Como quien dice, quedó reinando.

El Gran Vicio cerró cuando llegó la pandemia y, tristemente, ya no abrió más.

El bar es punto de referencia para otras direcciones en el centro de Heredia. Foto: John Durán (JOHN DURAN)

El primer propietario de esta joyita fue don Marco Tulio Zumbado, de los de la familia dueña de las ferreterías Tres Américas. A él le decían Mulo, por lo que de ahí nació el nombre de la joyita que aún perdura gracias a su mística y buenas bocas.

No hay certeza de cuándo abrió sus puertas por primera vez. Don Jorge Vargas, actual dueño, dice que lo abrieron en 1947, sin embargo, Mario Zaldívar, investigador y autor del libro Cantinas de Costa Rica, calcula que ronda los 100 años.

“Es el bar más antiguo de Heredia y de los más viejos del país y todas las grandes personalidades de la provincia han pasado por esa cantina”, explicó el autor.

El padre de don Jorge tiene el bar desde hace 60 años y él se asoció hace 31.Foto: John Durán (JOHN DURAN)

Lo cierto es que desde 1961 está en manos de la familia Vargas. Don Víctor Vargas Araya, papá de don Jorge, y José Vargas, tío del actual dueño, se lo compraron a Mulo.

En 1990 don Jorge se asoció a su padre porque su tío José falleció un año antes.

“Sí sabía que era uno de los bares más antiguos del país, mucha gente me lo dice y me pregunta, pero como yo a ciencia cierta no sé, solo les digo, ‘puede ser, puede ser, no sé'. Porque hay muchos bares de mucha antigüedad, pero no me he dado a la tarea de investigar”, reconoce don Jorge.

Bocas originales

Una de las características principales de este bar son sus bocas, empezando por la más famosa de todas, la de carne molida con repollo.

“Pienso que el secreto para mantenernos durante todos estos años es el tipo de comida, nosotros servimos el tipo de boca antigua, pequeña y cosas como morcilla, asadura, pata de cerdo, platillos más tradicionales y no tan modernos como ahora y a la gente le gusta eso, que no es gran cantidad y son cosas que no se consiguen en todos los lugares”, contó el actual propietario.

La birra con boca le sale por 2.400 o sola a 1100, como sea Berny Carvajal se la sirve. Foto: John Durán (JOHN DURAN)

Además, aquí la birra tiene un precio sin boca y otro con boca, para no gorrearse a los que no consuman el acompañamiento y solo quieran echarse los tamarindazos.

La birra sola le sale a ¢1.100, mientras que con boca cuesta ¢2.400, o sea, la boca sale a ¢1.300, aunque las modernas, como el chifrijo o el pollo frito, son más caras. En total tiene 20 distintas para escoger.

Rojiamarillo por todo lado

Mulo es como una mini versión del Eladio Rosabal Cordero, porque está decorado con rojo y amarillo.

Ahí en sus paredes cuelgan fotografías, pósteres, camisetas autografiadas por los jugadores del Team y una serie de reliquias florenses donadas, en su mayoría, por los mismos clientes, que son igual de leales al club que al bar.

Así lo destacó también Zaldívar, quien agregó que dentro del bar hay una serie de pinturas con la cabeza de un mulo y con la bandera del CSH.

Fotos, posters y hasta camisetas autografiadas se encuentran dentro del bar. Foto: John Durán (JOHN DURAN)

“Es la típica cantina con entrada esquinera, sin embargo, tiene tres ingresos. La de la avenida y la de la esquina dan acceso a la famosa barra en escuadra que representa a las cantinas de nuestro país”, dijo el conocedor de este tipo de locales.

La forma en la que don Jorge y las otras tres personas que trabajan con él le retribuyen la fidelidad a sus clientes es que saben qué es lo que toma cada uno, por lo que le sirven el traguito antes de que se lo pidan.

Y si se le fue la mano con los tragos, o estaba despistado y dejó algo perdido, don Jorge se lo guarda o hace lo posible por encontrarlo para devolvérselo, como le pasó a un taxista que dejó el sobre con la plata del día y la recuperó intacta.

“Aquí tratamos de ser lo más correctos posibles con la gente, para que se sientan bien y confíen”, dijo Vargas.

Generacional

Don Mario dice que el bar Mulo siempre ha sido bien arropado por los fiebres que iban al estadio.

“Antes de la pandemia era parada obligatoria para los aficionados antes y después del partido de Herediano. Cuando uno estaba ahí un domingo de partido, todo mundo estaba alrededor con la camiseta puesta. Son varias generaciones ya las que han practicado esa costumbre”, destacó don Mario.

Pompilio Segura, autor herediano, relataba en sus crónicas literarias sobre costumbres de la provincia y siempre hacía referencia a esa práctica de visitar el bar antes y después de las mejengas.

La barra de escuadra es característica de las cantinas antiguas del país. Foto: John Durán (JOHN DURAN)

“Todos, músicos, artistas, poetas o ciudadanos de a pie van a esa cantina, es conocidísima”, asegura Zaldívar.

Si usted quiere darse una vuelta por este ícono herediano, puede hacerlo de miércoles a lunes de 11 a. m. a 11 p. m. ya que los martes se dan libre.

Y no se preocupe porque respetan todos los protocolos sanitarios y además, están bien ventilados, aseguró don Jorge. Tiene una capacidad actual para 45 personas.

Hasta una caricatura de un Mulo representa ka identificación del bar que no cambió su nombre desde que abrió. Foto: John Durán (JOHN DURAN)
Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.