Yahaira es una guapileña, de 38 años, que tardó 36 años en conocer a Sonia Villarreal, la mujer que le dio la vida y la abandonó cuando apenas tenía dos años.
En aquellos años su madre biológica no estaba pasando un buen momento, por lo que decidió entregarla al Patronato Nacional de la Infancia (PANI) para que se hiciera cargo de ella.
Gracias a las vueltas que da la vida, el destino decidió juntar de nuevo a las dos mujeres. El esperado momento ocurrió el 1° de diciembre del 2017, aunque no fue tan emotivo como muchos esperarían, ya que Yahaira cargó durante muchos años con infinidad de dudas y preguntas sin responder sobre su vida.
El encuentro se realizó de forma cordial, pues Yahaira decidió perdonar a su madre, a pesar de todo el dolor que le causó con su decisión de apartarla de su lado.
Nuevo comienzo
El PANI se encargó de buscarle un hogar a Yahaira y sin duda Dios la recompezó al llegar a la familia formada por Humberto Morales y Dinath Gamboa, en la cual se convirtió en la menor de cuatro hermanos, pero los otros tres ya estaban mamulones, por lo que siendo una bebita de dos años ya era tía de sobrinos mayores que ella.
“En lo material me dieron absolutamente todo y educación, por lo que no me puedo quejar. Era tía de muchachos grandes y era la consentida de todos. Tuve una niñez muy linda, fui tres veces reina de belleza en Guápiles cuando tenía cinco, ocho y quince años”, quien reconoció el gran cariño que le dieron sus padres adoptivos.
Yahaira tuvo una infancia feliz, pero cuando tenía 15 años su vida tuvo un cambio significativo al encontrar una carta en el cuarto de su mamá adoptiva.
“Encontré una carta y la leí. Decía que la niña Villarreal García era hija de Sonia Villarreal García y que Luis Humberto y Dinath se hacían responsables de ella”, contó.
Yaha no lo pensó dos veces, tomó la carta y decidió que su mamita tenía que explicarle muchas cosas de su vida que hasta ese momento desconocía.
“Le pregunté si ella era mi mamá y ella me decía que sí, mientras yo tenía la carta escondida. Como no me dijo nada más, le mostré la carta y le pregunté qué significaba”, recordó.
Al verse sin alternativas, doña Dinath no tuvo más remedio que contarle la verdad y explicarle que su mamá biológica la había dejado en el patronato cuando era muy pequeña y que ellos la habían adoptado.
"Para mí esa revelación fue un shock, sobre todo porque estaba en plena adolescencia. Entré en depresión y lloré un montón”.
Yahaira se empezó a hacer preguntas elementales sobre sus orígenes y los motivos por los cuáles su mamá tomó la decisión de abandonarla. Para ella fueron momentos muy duros, especialmente cuando una persona (no dio su nombre) le dijo que si su mamá la había abandonado era porque no la quería. Esa frase se convirtió en un puñal que llevó clavado en su alma por años.
Objetivo mamá
El tiempo pasó y Yahaira siguió con su vida, pero quería respuestas para ese montón de preguntas que hicieron trillo en su cabeza.
Como perdió la paz por lo sucedido. Yahaira decidió enfrentar la situación y pensó que era necesario conocer a su mamá biológica, eso ocurrió el año pasado, 20 años después de enterarse de lo que había sucedido en su vida.
Se enteró que su mamá biológica vivía en La Rita de Pococí, gracias a dos de sus hermanos mayores que se criaron con ella. Ellos la contactaron dos años antes de que ella se encontrara con su mamá e incluso le comentaron que otros tres hermanos suyos (son ocho en total) también habían sido abandonados y que su mamá estuvo enferma de cáncer.
“Estoy en un grupo de WhatsApp de compañeros de la escuela y les conté que iba a conocer a mi mamá. Ellos me dieron muchos mensajes positivos y me dijeron que recibiría muchas bendiciones. Me recomendaron que la escuchara y desde ese momento me empezaron las cosquillas en el estómago. Una hermana que se crió con ella me acompañó a conocerla”, recordó.
Antes de ese momento, Yahaira sintió miedo e incluso llegó a dudar si sería bueno conocerla.
“Cuando mi hermana me la presentó, ella se me quedó viendo de arriba a abajo y me pregunto si yo era su hija. Entonces fui un poco grosera porque le dije con ironía: ’si es que se puede decir que soy su hija'”.
Aunque el encuentro no fue muy cordial al inicio, la mamá la invitó a entrar a su casa para explicarle todo lo que sucedió y por qué decidió abandonarla. Ella le explicó que en ese tiempo no tenía trabajo, que debía viajar mucho y que por eso me era muy difícil mantener a tantos hijos.
“Me pidió perdón y la perdoné, me dijo que todo lo que había hecho lo había pagado en vida. Yo le comenté que la había ido a visitar para que tuviera paz interior”.
Aunque Yahaira se quitó un peso de encima, reconoció que no siente a Sonia como su madre. De hecho, no le dice mamá y tampoco propició un contacto más cercano, ya que solamente ha ido dos veces más a su casa y no por su iniciativa propia, sino de sus hermanos que la invitaron a compartir con ellos.
“No siento que sea mi mamá. Yo solo quería cerrar un ciclo de vida que me causaba mucho resentimiento y dolor”.
Yahaira conoció también a Marisol, otra hermanita que doña Sonia regaló. Con ella tiene una linda relación y se ven más seguido, ya que ella también vive en Guápiles”, dijo.
1, 2, 3
María Esther Flores, psicóloga: "Es difícil perdonar"
¿Se puede perdonar un abandono así?
Es difícil. La persona puede aprender a vivir con esa realidad, ser amable y ayudar si el agresor lo necesita porque existe una lealtad invisible para con esa persona que le dio la vida, pero el perdón es un proceso de años.
¿Qué puede hacer una persona para perdonar con sinceridad?
Si se siguen viendo y se hacen amigas en medio de una relación de respeto puede crecer el cariño, pero la persona que realizó el abandono tiene que entregar tiempo y la agredida debe permitirlo. No es imposible, pero sí es muy difícil.
¿El abandono es un patrón que se puede repetir?
Sí. La vida es así, ya que pone a las personas en una repetición para sanar y si ella no lo puede hacer, lo hará la siguiente generación, o la que sigue hasta que alguien en la familia corte lo sucedido y no abandone más.