Doña Margarita Boniche Álvarez lleva 32 años trabajando en el departamento de limpieza de Casa Presidencial.
Llegó para la presidencia de Rafael Ángel Calderón Fournier, en 1990, y ya nunca más se fue, pero este 15 de mayo se pensiona y se va muy golpeada porque hubo dos elementos que, según ella, se pedieron en los últimos dos gobiernos.
“Yo ya me voy. Estoy cansada. Ya no soy la misma jovencita de hace 32 años. Espero que el respeto y Dios vuelvan a Casa Presidencial, porque en los últimos dos gobiernos eso se perdió. Eso se lo digo yo, es lo que yo pienso. No sé los demás.
“Es que para mí, Casa Presidencial es como un templo. Es un orgullo trabajar aquí, es un honor. Estoy convencida que este lugar se debe respetar como se respeta un templo y aquí en los últimos años eso no sucedió, todo el mundo venía vestido como le daba la gana y eso no es así”, asegura esta vecina de Hatillo 2.
En Casa Presidencial nos confirmaron que doña Margarita es la empleada que más años tiene de trabajar allí. Lo que sí fue una gran casualidad es que conversáramos con ella en la última semana antes de que se retire a disfrutar de su merecida pensión.
Hablamos con esta josefina, quien está casada con don José Alvarado y tiene cuatro hijos y cuatro nietas, lo hicimos el pasado lunes 9 de mayo, justo cuando Rodrigo Chaves Robles llegó por primera vez, ya como presidente oficial, a ese lugar.
- ¿Cómo llegó a estar tan cerquita de los presidentes?
“Mi familia es de Fray Casiano de Puntarenas, yo me crié por la empacadora de atún y a los 16 años me vine para San José. Un señor, cuando estaba en el Banco Popular, vio mi actitud, que corría por mis hijos, que trabajaba mucho y entonces me preguntó si me gustaría trabajar en Casa Presidencial. Dios me ayudó porque yo no busqué el trabajo, el trabajo me llegó a la casa”.
Ella estuvo entre el personal que esperó y aplaudió la llegada de don Rodrigo. Como diez minutos después, muy amablemente conversó con nosotros y ahí fue donde nos estalló la bomba de que se pensiona.
Nos detalló que compartió con nueve gobernantes: Calderón, José María Figueres Olsen, Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, Abel Pacheco de la Espriella, Óscar Arias Sánchez (en su segunda presidencia), Laura Chinchilla Miranda, Luis Guillermo Solís Rivera, Carlos Alvarado Quesada y los cinco días que estará con Rodrigo Chaves Robles.
Entre las cosas que jamás olvidará, está la experiencia vivida cuando Luis Guillermo, recién llegado a Casa Presidencial, se fue una mañana de mayo del 2014 a tocarle la puerta a los vecinos para presentarse como el nuevo vecino del barrio.
“También recuerdo como don Figueres y Abel Pacheco eran los únicos que me decían que siguiera haciendo mi trabajo y no me quitara cuando ellos pasaban, porque comprendían que estaba ocupada. Es que soy muy respetuosa y cuando el presidente va a pasar yo me corro y quito todo lo de limpieza que esté utilizando. Ellos dos fueron muy buenos”, dijo.
Nadie mejor que doña Margarita para responder: ¿qué significa trabajar en Casa Presidencial? “Es un orgullo. Para mí es un templo de mucho respeto. Eso es algo que se ha perdido aquí. Espero que este nuevo gobierno corrija esos detalles. Casa Presidencial es los ojos de todo el mundo y si aquí está mal, todas las instituciones están mal”.
A los nuevos empleados que llegan al lugar por los próximos cuatro años, ¿qué les recomienda? “Que respeten el lugar donde trabajan porque es un privilegio levantarse cada mañana y decir que uno va para Casa Presidencial”.
“Muchos quisieran trabajar aquí, pero no pueden, entonces, a los nuevos, ya que tuvieron el privilegio de entrar aquí, que se porten bien, que amen este lugar y que lo cuiden, que lo respeten”, respondió.
Finalmente le preguntamos: ¿Qué le recomienda al presidente, usted que ha compartido con tantos?
“Que tenga a Dios presente en todo lo que vaya a hacer. Dios es el único que nos puede ayudar a sacar adelante este país. Que no abandone a Dios ni lo saque de ningún lado, porque eso fue lo que pasó con los dos anteriores gobiernos”.