Sofía Ortiz salió este viernes del ebáis de Montúfar de La Unión como agua para chocolate porque la hicieron prácticamente perder todo el día.
El jueves pasado ella empezó a sentirse enferma, con vómitos, diarrea, dolor de cuerpo, de garganta y de estómago, así que mejor llamó al médico de la empresa en la que trabaja y él le recomendó que fuera hoy a hacerse una prueba de covid-19.
“Llegué al ebáis hoy (viernes) a las 10:05 de la mañana y empecé a hacer fila, había unas diez personas delante mío. Empezó a pasar el tiempo y nada que me atendían, fui unas cuatro veces donde el guarda a preguntarle por qué tardaban tanto en pasarme y me dijo que es que solo había una doctora.
“Me atendieron hasta las 2:35 de la tarde, después de estar ahí haciendo fila debajo del sol y hasta de la lluvia porque en la tarde empezó a llover, ni comer nada podía uno porque había que estar ahí en la fila”, contó.
Pero el colerón principal de Sofía vino después, una doctora la revisó y le dijo que efectivamente tenía síntomas de coronavirus, pero la mandó a hacerse la prueba al hospital Max Peralta de Cartago porque en ese ebáis después de las 2:30 p.m. ya no hacen esos exámenes.
“Yo le dije que por qué no me dijeron desde temprano que no me iban a hacer la prueba y que iban a durar tanto en atenderme para yo haber hecho otros planes, estoy que me duele hasta el pelo y me parece una falta de respeto que lo hagan a uno esperar tantas horas para nada.
“La doctora lo único que me contestó es que era el guarda quien debió decirme eso de las pruebas. No me quedó más que venirme a buscar un laboratorio privado para ver si me puedo hacer la prueba de una vez por todas”, dijo molesta Sofía.
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Otra queja
Pero ella no es la única chiva porque en la Caja no le hicieron la prueba de covid, Rándall Zamora, quien es vecino de Tibás, dice que el jueves a las 8 de la mañana llegó a la clínica Coopesain porque tiene síntomas de coronavirus y tampoco tuvo suerte.
“Desde hace cuatro días estoy con escalofríos, fiebre, tos, dolor de cabeza y de cuerpo y por eso fui a revisarme. La muchacha que me atendió me pidió la cédula y me dijo que no podían hacerme la prueba porque mi seguro estaba vencido, si me la hacían me tenían que cobrar, pero yo le dije que no tengo plata ahorita, con costos salgo con los gastos de mi familia”, dijo.
“Yo trabajaba como bartender y salonero, pero por la pandemia desde hace unos nueve meses estoy desempleado y no me ha quedado otra opción que trabajar en plataformas de transporte con mi carro para comprar el arroz y los frijoles.
“Yo entiendo que si me enfermo o ma pasa algo la Caja no me atienda porque no tengo seguro, pero el covid es distinto, es algo de salud pública y uno necesita saber si lo tiene o no porque es algo muy serio”, agregó.
Ante las dudas, Rándall prefirió aislarse en un cuarto de su casa y un hermano le dijo que haría un préstamo en una cooperativa para que pueda pagarse una prueba privada y salir de la duda de si está contagiado de covid-19.
La Teja consultó en la Caja la versión de la institución sobre los dos casos, pero al cierre de edición aún no había respuesta de ninguno. También tratamos de contactar directamente a Coopesain, pero el teléfono solo suena ocupado y el correo que dice en el sitio web parece estar malo porque rebota los mensajes.