Milena Cervilla creó un aceite para que los moribundos no pasen al más allá con tanta frialdad e indiferencia.

El producto es para untarlo en ciertas zonas y hacer que la persona se sienta mejor, pues ella afirma que muchas de las personas que agonizan en estado de inconsciencia o que están desahuciadas sienten, oyen y se enteran de las conversaciones que hay alrededor de ellos.

Ella explica que son muchos los testimonios de gente que estuvieron en coma, regresan y cuentan sus experiencias.

“Eso de que están inconscientes y que por eso no sienten es mentira. Ellos se dan cuenta. Este aceite es para que tenga un final con mayor dignidad. Hay que ponerlo con mucho amor”, dice Cervilla.

Doña Milena llegó al producto luego de, según ella, darle un digno adiós a una paciente.

Ella cuenta que su amiga Vera fue su primera paciente con cáncer y que pegaba gritos por las heridas que le produjo la sobreirradiación, pues le quemó los nervios cervicales y le produjo problemas a nivel motor y anatómico.

“Me conmoví fuertemente. Tuve dolor en mi corazón al ver el dolor de esta mujer. Estando en esos días, le ofrecí humildemente un aceite que hacía de forma más casera y cuando lo colocaba reaccionaba de forma positiva. Tuvo una muerte digna”, dijo.

Esa reacción positiva de doña Vera fue la inspiración para que Milena le pusiera toda su atención a la investigación de todas las matas en el mundo para encontrar un producto específico para esos pacientes.

Una vela

Fue cuando estaba en la vela de su amiga que doña Milena le pidió a Dios que le diera la sabiduría para encontrar ese producto y se puso a investigar.

Luego de cuatro años descubrió el aceite de las semillas de uva y la impresionó por sus características y propiedades. A ese aceite le puso Eon Vera, en honor a su amiga y el ungüento fue la base para crear el producto específico que estaba buscando.

“Ahora sí, de aquí sale mi aceite que tendrán en un futuro la clave para ayudar a otras personas”, dijo.

“Empecé a combatir los dolores no solo con aceites, también con acupuntura, pero además con mis estudios de Teología me di cuenta de la importancia de los aceites en la cultura de los israelitas y en sus usos para la salud”, añadió Milena.

Luego de formulaciones y experimentos dio con un aceite que posee tres esencias: oliva, semillas de uva y palosanto, un árbol con excelentes cualidades.

“Este aceite no es sacado debajo de la manga, llevo años estudiando (14) la formulación y es la mezcla más precisa porque conlleva tres aceites místicos, de una estructura molecular y fitoquímica muy parecida a la fórmula que los irsaelitas usaban con sus enfermos”, dijo.

Buena intención

Al respecto, el sacerdote Carlos Abarca dijo que en la actualidad, las yerbas están siendo muy utilizadas en la medicina y son productos a los que muchas personas le tienen fe.

“Con relación a los convalecientes, desde el punto de vista religioso existe el óleo de los enfermos y se da para reconfortar. No es para que una persona se muera, es para que una persona viva y el único que puede ponerlo es un sacerdote”, expresó Carlos.

El cura manifiesta que no ve inconveniente en lo que hace doña Milena.

“No hay maldad en ella. Lo hace con buena intención. No debe extralimitarse. Los aceites, yerbas y demás contribuyen a mejorar la salud”, manifestó.

También le consultamos a Maikel Vargas, médico forense y patólogo, quien dijo que los moribundos pueden ser tocados y tratados con ungünetos o aceites siempre y cuando no tengan restricciones médicas.

“Un moribundo se puede tocar, pero depende de la enfermedad de fondo. Por ejemplo, si es algo infectocontagioso, no. Nadie lo puede tocar con la mano limpia. Tampoco cuando el enfermo tiene las defensas muy bajas y una crema le pueda causar alguna infección por las bacterias”.

Dice que esos aceites serían importantes en personas que han sido desahuciadas y las mandan a la casa a pasar sus últimos días.

En caso de pacientes hopitalizados por accidentes de tránsito o similares, los médicos luchan para que puedan sobrevivir y le ponen mangueras, sueros y otras para tratar de que viva. En esos casos, deben permanecer aislados.