Las muertes tan sorpresivas como la de Julián Figueroa, hijo de Maribel Guardia, son tratadas de formas diferentes en México y en nuestro país, porque allá se omitió un detalle, de suma importancia, que aquí es exigido.
El joven, de 28 años, fue encontrado muerto en su casa la noche del 9 de abril pasado y la familia informó que “el parte médico indica que falleció por un Infarto agudo al miocardio y fibrilación ventricular”.
Según informaron medios de comunicación mexicanos, un médico conocido de la familia llegó a la casa de Julián y luego de revisar el cuerpo, determinó la causa de muerte y la certificó.
Además, funcionarios de la Fiscalía conversaron con la esposa de Julián y otros allegados y no detectaron ninguna anomalía en los testimonios que contradijera lo dicho por el médico.
Eso, sumado a que ni en el cuerpo ni en el lugar donde falleció se encontraron signos de violencia, fueron suficientes argumentos para evitar que se le hiciera la autopsia.
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El médico Daniel Quesada, jefe de Cardiología del hospital San Vicente de Paúl, cuenta que ese tipo de muertes son tratadas de forma diferente en Costa Rica, ya que aquí se hubiera necesitado hacerle una autopsia para estar seguros de la causa de muerte.
El especialista dice que según la legislación de Costa Rica, para que aquí sea un médico el que certifique la muerte de una persona, esta tiene que tener un padecimiento de peso conocido, que esté documentado en un expediente.
“Un médico puede certificar la muerte si se sabe el diagnóstico y a través de él se puede certificar que esa fue la causa más probable del deceso, en caso de que no estuviera en la atención directa en el proceso de la muerte. Por ejemplo, si es un paciente que tiene cáncer de pulmón avanzado, ya tiene un tratamiento por eso y muere, el médico puede certificar esa muerte si está relacionada con ese cáncer de pulmón.
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“O si es un paciente que ya tuvo un infarto hace cinco años, quedó con el corazón muy dañado, ha tenido complicaciones por eso mismo, llega a tener insuficiencia cardíaca y muere de un infarto, el médico puede certificar que la muerte fue por los padecimientos que padecía”, explicó el cardiólogo.
Quesada dice que en un caso como el Julián Figueroa, aquí en Costa Rica un médico no hubiera podido certificar la muerte --como lo hicieron allá-- porque, según dijo la familia, él no tenía antecedentes previos que justifiquen esa muerte, así que hubiera tenido que intervenir el Organismos de Investigación Judicial (OIJ) para hacer una autopsia y así tener seguridad de qué fue lo que causó el deceso.