Mientras monseñor José Rafael Quirós, arzobispo de San José, le pide a los fieles dejar las misas por redes sociales y asistir a las iglesias, el epidemiólogo Juan José Romero y otros sacerdotes le piden a los creyentes que asistan solo si se siente seguros y disfrutarán con tranquilidad de la eucaristía.
“La transmisión de una misa a través de las redes, de radio y televisión, fue importantísima en estos últimos dos años, pero la celebración presencial es insustituible por escuchar o ver por una pantalla porque no estamos hablando de un espectáculo. Cada misa es un encuentro personal con el Señor. Eso sí, hay casos especiales que deben aprovechar las redes sociales que seguirán aprovechándose”.
Así aclaró monseñor José Rafael Quirós que se le deben dar muchas gracias a las redes sociales por ser un instrumento fundamental durante los peores días de encierro en la pandemia, pero que ahora que el Ministerio de Salud permitió abrir de par en par las puertas de las iglesias, los católicos deben volver a vivir la misa en el templo.
El padre Marcos Morales Mora, cura párroco de la parroquia San Jerónimo en Sardinal de Carrillo en Guanacaste, quien usó mucho Facebook Live para transmitir las misas, comenta: “Desde antes de la pandemia se transmiten misas por televisión o por redes sociales y eso se acompaña con la visita de los ministros de la comunión para tener una celebración de forma material.
“La pandemia cerró los templos y comenzamos las transmisiones, nosotros aquí tenemos dos transmisiones los fines de semana todavía, pero ahora la invitación es volver a las iglesias, volver a la normalidad: participando, reuniéndose, celebrando”.
Desde la barrera no
Recuerda el padre Morales que, muy al estilo guanacasteco, al abrirse los templos, ahora los católicos no pueden quedarse viendo los toros desde la barrera. Deben participar y no quedarse de lejos como espectadores sino como invitados a la celebración del Señor.
El padre Raschid Vargas, de la parroquia de barrio La Cruz, en San José, quien a finales del año pasado se contagió de covid-19 y le fue bien feo, al punto que creyó que no se comería el tamalito en diciembre, reconoce que hay circunstancias que pueden motivar a un católico a preferir la misa por redes sociales a la presencial.
“Si a alguna persona le dio covid-19 se deben distinguir las situaciones: Si es adulto mayor y tiene muchas secuelas y problemas de salud, luego de los 65 años, puede recibir un ministro de la comunión que le lleve la comunión a la casa y ver la misa por redes sociales o televisión.
“Además, si es el mismo caso, pero es un joven o adulto joven y puede asistir, pues tiene las dosis de la vacuna, debería hacerlo por salud mental; si la persona quedó profundamente afectada sicológicamente, debería buscar ayuda profesional o espiritual para superar la crisis. Luego, poco a poco, irse incorporando a la vida normal. El miedo hace mucho daño al cuerpo”, explica el padre Vargas.
Por esa línea va el epidemiólogo de la Universidad Nacional, Juan José Romero, quien aconsejó que en estos momentos es mejor que los adultos mayores y personas de riesgo escojan misas con poca gente, a pesar de que tengan tres vacunas y usen la mascarilla porque todavía hay muchos casos activos.
Y para los que superaron el covid-19 y han superado las secuelas más graves tanto físicas como sicológicas, deben hacer vida normal, “en honor a tantos que murieron y deseaban seguir viviendo, y en honor a sus familias, como a las nuestras”, agregó el padre Rashid.
Presencialidad y virtualidad
El padre Sergio Valverde, de las Obras del Espíritu Santo, cura párroco de la parroquia de Cristo Rey, en San José, reconoció que sí hay que volver a los templos, pero que la virtualidad llegó para quedarse y se le debe aprovechar al máximo.
“A mí las redes me enredan, no tengo ni Facebook y creo que nunca tendré, pero como Dios lo aprovecha para bien, logré poner gente que sí sabe mucho y ahora tengo algo parecido a un equipo de fútbol que me lleva las redes sociales, hasta cambios tengo.
“Hubo misas que tuvimos diez mil personas conectadas, logramos momentos de mucha viralización como con la canción “Sin la mascarilla hay covid pa’ti, covid pa’ mí”. Hay que entender los tiempos para saber comunicar el mensaje de Dios. Nosotros vamos a seguir transmitiendo las misas por redes. Virtualidad y presencialidad de la mano para llegarle a la mayor cantidad de gente posible”, asegura el padre Sergio.
Monseñor José Manuel Garita, obispo de Ciudad Quesada, recordó que la Iglesia católica en los días de martillazos “siempre estuvo presente, de distintas maneras, acompañando al pueblo de Dios: orando por las lamentables pérdidas humanas, atendiendo enfermos, atendiendo a familias necesitadas. La Iglesia ha estado siempre presente. La misa por medio de dispositivos virtuales y tecnológicos no sustituye la presencialidad de vivir el sacramento alrededor del altar del Señor.
“Hoy mi llamado es para que como iglesia seamos también responsables con nuestro compromiso cristiano de volver a la eucaristía. No podemos ni debemos acostumbrarnos a faltar a la Santa Misa, o a seguirla por los instrumentos valiosos que nos han acompañado y nos seguirán acompañando en este tiempo”, dijo.