Franklin Chang Díaz tiene un hijo de 40 años, pero no es de carne y hueso, más bien, es el que tendrá la capacidad de llevar a la gente al espacio en 39 días.
Se trata del motor de plasma, que el científico empezó a desarrollar a finales de los años setenta, según contó este miércoles vía telefónica, en entrevista con La Teja.
“Es toda una vida pero estoy muy contento porque he podido ir al espacio y por los resultados del proyecto”, manifestó Franklin, quien nació en 1950 y empezó en el proceso del motor a finales de los setentas.
El avance del motor de plasma es lento por algunas razones que Chang explicó.
Primero, el costo económico del proyecto no es jugando, incluso para la NASA y segundo porque en algunos casos, una tecnología de punta va de la mano con el desarrollo de otras tecnologías para que pueda funcionar.
“El presupuesto es un limitante, pero aún, teniendo todo el presupuesto del mundo es un proyecto que no se puede acelerar porque el motor requiere que se desarrollen otras tecnologías que son requisitos del motor y eso requiere tiempo”, dijo.
Franklin recordó un chiste que un profe que tuvo en una universidad le decía a él cuando hablaban del motor de plasma.
“Me decía que una mujer necesita nueve meses para crear un bebé, pero usted no puede crear un bebé, en un mes, con nueve mujeres. Es una forma básica para entender el proceso”, dijo Chang.
Todavía le falta
El proyecto del motor de plasma se extenderá un año más y hay probabilidades de que se prolongue dos años más porque la NASA anunció que renovará el contrato con Ad Astra, la empresa de Franklin que desarrolla el motor.
Para que la NASA volviera a confiar en el científico tico y su laboratorio, tuvieron que demostrar que el motor, una vez que funciona, es capaz de enfriarse.
“El motor es como el de un auto que uno lo prende en la mañana y funciona bien, pero tiene que esperar unos quince minutos para saber si el radiador está enfriando. Eso fue lo que demostramos, que sí enfría”, explicó.
“En el motor de un carro, el agua del radiador empieza a subir por el motor para enfriarlo. Lo mismo sucede con el motor de plasma”, agregó.
Chang ha logrado que el motor esté prendido de manera efectiva durante diez horas continuas y dijo que con una hora ya se sabe si va a funcionar bien, sin embargo, la NASA pide cien horas.
“La NASA decidió ese número, pudieron ser 150 horas. Nosotros ya sabemos que el motor funcionará hasta que se le acabe la fuente de energía”, aseguró Chang.
Para llegar a ese periodo de tiempo con el motor prendido, Ad Astra hará pruebas paulatinas aumentando la cantidad de tiempo para ver que el motor funcione a la perfección.
Chang prevé que a mediados del 2021 probarán el motor en una nave con un robot y en una órbita cercana a la Tierra. Recordó que con su tecnología, un vuelo a Marte con fines comerciales podrá tardar 39 días, mientras que en la actualidad se necesitan de nueve meses a un año.