EscucharSin pelos en la lengua hablamos con la gente del ministerio de Educación sobre los programas de afectividad y sexualidad integral, mejor conocidos como guías sexuales, que le tienen la peluca parada a más de un tata en escuelas y colegios, quienes aseguran que esas guías son una aberración.
Por eso nos dimos a la tarea de aclarar los mitos y verdades de las guías sexuales y para lograrlo entrevistamos a Nelson Campos, asesor nacional de Ciencias y Yeimy Quesada, asesora nacional de Psicología.
–¿Qué realmente enseñan las guías sobre sexualidad?
Los estudiantes reciben una lección en la cual todos participan activamente. Los profesores primero analizan cuánto saben los alumnos de afectividad y sexualidad, los escuchan y atienden las dudas y necesidades, además, facilitan la prevención, y eventualmente la atención y denuncia de posibles situaciones de abuso y violencia. Le permite al estudiante aprender herramientas muy importantes para una vida saludable, en un ambiente positivo y constructivo y con formación científica.
–¿Esas guías promueven la ideología de género?
Es totalmente falso. Las guías se han construido responsablemente con base en lo que dice la ciencia y la investigación. Los alumnos son guiados por profesores capacitados en un ambiente de respeto y sin imposiciones de ningún tipo. Se estudian las diferencias biológicas entre los hombres y las mujeres, es fundamental entender esas diferencias para que no se conviertan en una justificación para discriminar y promover desigualdades entre hombres y mujeres.
–¿Son estas guías enemigas de Dios?
Falso. La educación que se da con estas guías no cuestiona las creencias y los valores de de las personas ni de las familias. El enfoque de responsabilidades que desarrolla la educación sexual integral, no es enemiga o pone zancadillas a las personas que creen en Dios sea cual sea su credo religioso.
–¿Estas guías pueden cambiar la orientación sexual del estudiante?
Completamente falso. Estas guías no tienen la intención, ni mucho menos la capacidad, para determinar ni influir de ninguna forma en la orientación sexual de los estudiantes. Lo que se quiere con las guías es que los estudiantes comprendan que la diversidad sexual existe y que, como parte de la convivencia entre las personas, debemos respetarla. Porque, independientemente de la manera en que cada persona califique la homosexualidad, o lo que piense sobre ella, nada nos autoriza para darle un trato humillante y denigrante a las personas sexualmente diversas.
–¿Con esas guías buscan arrancar los valores morales de nuestra sociedad?
Falso. Las guías tienen una visión integral, que considera todos los aspectos del ser humano y entre ellos está el ético. Según la Unesco, la educación para la sexualidad ha cambiado mucho en los últimos cincuenta años, ahora su enfoque es ético. Las guías sexuales superan los juicios de valor que cada cual pueda tener sobre este o aquel tema para pasar a una ética mundial, que permita respetar a todas las personas y asegurar el bienestar y la felicidad de todos en el país. Con estos objetivos las guías más bien promueven normas éticas y valores universales que fortalecen una sociedad tica pacífica, democrática e inclusiva.
¿No será que se pasa de majadero el MEP con las guías sexuales porque la educación sexual es únicamente responsabilidad de los tatas?
Eso es falso. El MEP tiene muy claro que debe garantizar una educación integral a todos los estudiantes del país. ¿Podrá existir una educación integral que deje de lado todo lo relativo a las relaciones afectivas de los estudiantes y la sexualidad humana? La respuesta es que eso es imposible.
Los estudiantes se exponen a diario a información incorrecta sobre la vivencia de la sexualidad, por eso es importantísimo que encuentren en los centros educativos un espacio para tratar el tema de una formación sexual responsable, sobre todo cuando se sabe que solo en el 2017 hubo 14.500 embarazos adolescentes, eso significa que hubo aproximadamente 40 nuevas adolescentes embarazadas por día en el 2017. Además, las Naciones Unidas tiene como un derecho de los estudiantes la educación sobre la sexualidad, el cual garantiza el pleno disfrute de otros derechos como el derecho a la seguridad, a la salud, a la propia educación y el derecho a una vida sin violencia.
–¿Esos que apoyan las guías sexuales no creen en Dios y lo hacen por qué no son papás?
También eso es falso. Los niños y adolescentes tienen derecho a recibir información sobre educación sexual integral, para que puedan disfrutar de una vida saludable, para que puedan, por ejemplo, saber qué hacer ante eventuales situaciones de riesgo.
Está confirmado que la educación sexual integral es positiva e influye en los jóvenes para que retrasen el inicio de las relaciones sexuales. Además, ayudan a que se reduzca sustancialmente las infecciones de transmisión sexual, VIH y los embarazos no planeados. La educación sexual que se da en el país se adapta a la edad y al nivel de desarrollo de los estudiantes.
Negar la educación sexual a los menores más bien es otra forma más de ponerlos en riesgo.
