Mito: El deseo y la potencia sexual disminuyen notoriamente después de los 40 o 45 años.
Respuesta: Esta creencia no tiene fundamento científico, ya que la capacidad de tener erecciones, mientras el sistema nervioso central y el resto del organismo estén sanos se mantiene con ligeras variaciones.
Es evidente que los estímulos necesarios para producir una erección a los 20 años no serán los mismos en calidad ni en cantidad, que los que se tienen después de los 50 años.
A ningún hombre que ha superado los 40 años se le ocurre correr los 100 metros planos en menos de 10 segundos para superar un récord mundial, sin embargo, en el área de la sexualidad, sí se tienen estas pretensiones. Los hombres de 45 a 50 y más desean tener una sexualidad de un muchacho de 20 años y esto a todas luces es imposible, por lo que con esta fantasía no cumplida los varones sienten que están (acabados) y que han llegado a la edad senil.
Lo cierto es que una gran cantidad de adultos mayores, logran adecuar su desempeño, conforme a su edad, viven y disfrutan de una vida sexual saludable y feliz mientras que muchos de 40 sienten que ya son hombres muy mayores.
Mito: El alcohol es un estimulante sexual.
Respuesta: El alcohol retarda todos los reflejos y dilata los vasos sanguíneos (de ahí la cara congestionada del bebedor). Esta inhibición en los reflejos dificulta la erección. El alcohol también lesiona al hígado donde se metaboliza la testosterona, la cual es fundamental para el mecanismo de la erección.
Sin embargo, para algunas personas, tímidas o que padecen sentimientos de culpa, el alcohol funciona en los primeros momentos como un tranquilizante, los relaja y permite un mayor acercamiento a las personas; de ahí la fama que se le ha otorgado de afrodisíaco. Este efecto es igual en hombres y mujeres, lo que algunas personas desconocen son los efectos nocivos a la salud y a la salud sexual.