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“Mis hijos podrían ser dos muertos más del PANI”

Madre reclama que institución le arrebató niños para dárselos a un papá agresor

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La señora Pizarro no entiende cómo después de que sus hijos suplicaron que no los dejaran irse con el papá, el Pani lo hizo. MAYELA LÓPEZ. (Mayela López)

Una madre, de apellido Pizarro, está desesperada porque no sabe si sus dos hijos (de seis y nueve años) están vivos.

La señora está preocupada porque el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) le arrebató a los chiquitos y se los dio al papá, de apellido Correa y de origen nicaragüense, para que se los llevara a Nicaragua. Según Pizarro, Correa contaba con una orden de un juez de ese país para poder llevarse a los pequeños.

A pesar de que la mamá interpuso medidas cautelares por agresión contra el padre de sus hijos en dos ocasiones, aquí en Tiquicia no pudo evitar que se los quitaran ni teniendo al PANI al tanto de lo que sucedía.

Lo peor no es que el PANI se los haya entregado al papá, sino que ahora la institución no sabe dónde están y le cerró las puertas a la madre.

Según un informe del PANI, firmado por la psicóloga Ingrid Arguedas, el señor al que la institución le entregó los hijos agrede físicamente a los chiquitos, les grita y les dice malas palabras.

Lo que tiene sin dormir a esta madre es el caso en el que murió una niña de tan solo un año y diez meses en Orotina, ya que se enteró que el PANI conocía todos los detalles del caso y no hizo nada.

En noviembre del 2015 esta vecina de Santa Ana aún vivía con sus dos hijos, los tenía en la escuela y cubría sus necesidades, ya que el papá mandaba el dinero desde Nicaragua.

Un mes después, todo cambió, ya que el papá se vino para Costa Rica y le dijo que venía a casarse, incluso le enseñó un anillo de compromiso, pero ella lo rechazó, por lo que él se enojó y la amenazó diciéndole que se iba a llevar los niños para Nicaragua y que jamás los volvería a ver.

En febrero del 2016 Correa volvió al país, pero acompañado por una mujer nicaragüense, por lo que le dijo a Pizarro que la tenía que tener en su casa, por lo que ella se negó y los pleitos fuertes se hicieron cosa de todos los días. 

Desde esa época Pizarro comenzó los trámites en el PANI y les informó de todos sus pasos. Incluso les presentó un montón de exámenes toxicológicos y psicológicos, así como un informe del Instituto Sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), donde hacia constar que ella era apta para tener a sus hijos.

Desde principios del 2016, esta madre advirtió al Patronato que tenía mucho miedo que el papá se robara los chiquitos y se los llevara para Nicaragua, pero nunca le hizo caso.

Esta mamá tiene todo bien documentado, pero nadie en el Pani la escucha. MAYELA LÓPEZ. (Mayela López)

Y en mayo del 2016 sucedió lo que el PANI siempre afirmó que era imposible que sucediera, Correa se llevó ilegalmente a sus hijos a Nicaragua, los pasó por los trillos de los coyotes para no pasar por Migración.

Cuando la mamá se dio cuenta movió cielo tierra para ubicar a sus hijos.

Pizarro, gracias a la ayuda de su familia, pudo juntar un melón de colones para pagar un investigador privado quien ubicó a los niños en Managua, en agosto del año pasado, en una urbanización que se llama Altos de Villa Fontana. Así fue como se enteró que sus hijos no iban a clases y eran agredidos.

De inmediato la madre se fue a Nicaragua y movió a la justicia de ese país para que le ayudara a recuperar a sus hijos, pero jamás le ayudaron, en un juicio que se realizó al final le dieron la razón al papá. Los niños, según una jueza, debían quedarse en Nicaragua y la mamá podría visitarlos una vez al mes y una semana en vacaciones y en Navidad. Ese proceso significó meses de viajes y viajes al hermano país.

En marzo de este año Pizarro se fue a Managua y se trajo a sus hijos de la misma forma en que se los llevó el papá, sin pasar por Migración. De una vez se fue para el PANI y les contó toda la verdad de cómo se trajo sin permiso a los niños.

El papá no se quedó quedito y se vino para Costa Rica y con la ayuda del PANI, que le abrió todas las puertas, fueron a la escuela donde ya estaban otra vez estudiando los niños y se los quitaron a Pizarro en medio de gritos de desesperación de los menores.

Eso tenía que hacerse sin intervención de la mamá, pero no contaron con que de casualidad ese día ella estaba en la escuela y se armó el alboroto.

El PANI entrevistó a los niños y ellos le dejaron muy claro que no querían irse con su papá, que él los agredía, que los sacó de estudiar y que en la casa donde vivían en Managua había cucarachas, ratas y culebras, tampoco les hicieron caso y al final sucedió lo que la mamá temía, los niños se los llevó el papá a Nicaragua con autorización del PANI. 

El PANI afirma que le entregaron los niños al papá que ellos mismos confirmaron como agresor, por obediencia a una sentencia (la dictada por la jueza de Nicaragua).

“El 9 de mayo del 2017, con base en la denuncia ante el OIJ contra la progenitora por el delito de sustracción internacional de persona menor de edad y en acatamiento de las obligaciones del Convenio sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores, se procedió a entregarles los niños al progenitor”, informó la institución.

No sabe si sus hijos están vivos o muertos, si están en Nicaragua o alguna otra parte del mundo. MAYELA LÓPEZ. (Mayela López)
Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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