La ministra de Salud, Karen Mayorga, se mandó con todo y jaló a Puntarenas bien tempranito este viernes, para apoyar a las autoridades locales en el cierre del balneario San Lucas Beach Club, por problemas de contaminación del agua de las piscinas con materia fecal.
Los administradores de este centro de entretenimiento no les importó que les giraron orden de cierre desde el pasado 29 de noviembre y continuaron abriendo sus puertas al público como si nada.
La jerarca llegó a las instalaciones del centro recreativo acompañada por la Fuerza Pública, y autoridades municipales ante el incumplimiento y rompimiento de sellos de clausura en los que incurrió el balneario.
Mayorga acudió además al Ministerio Público a interponer la denuncia por desobediencia judicial y continuará poniendo cuantas sean necesarias para hacer cumplir la ley en resguardo de la ciudadanía.
"Tenían un incumplimiento de cuatro órdenes, la primera girada en julio, otra en agosto, y las de noviembre. Por eso, coordinamos con la Fuerza Pública y la Municipalidad, que también estarán atentas a hacer valer la medida sanitaria ante cualquier otra violación a la ley", explicó la jerarca de salud.
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El cierre será por tiempo indefinido, hasta que se corrijan las faltas sanitarias, como la presencia de desechos fecales en las aguas donde los visitantes, principalmente niños, disfrutan de las instalaciones.
Otras faltas son el riesgo de contaminación de las fuentes de agua del Puerto por el mal funcionamiento de la planta de tratamiento de aguas negras.
Mayorga aseguró que con esto se persigue la defensa de la salud en general y asegurar el cierre efectivo del balneario y pidió a la población que cuando vayan a visitar estos lugares se aseguren de que tiene los permisos de funcionamiento vigentes, los cuales deben mantener en un lugar visible.
Los administradores del lugar, quienes hasta el momento no han querido referirse al tema, se exponen desde a una multa hasta la cárcel por este delito.
"Podemos creer que estamos sanos, pero realmente no sabemos cómo estamos y exponerse a ingerir estas aguas contaminadas puede exponer a las personas desde un problema estomacal, hasta la muerte por los hongos, bacterias y parásitos que contiene", explicó la doctora Mayorga.
También puede sufrir un resbalón y quebrarse el brazo o la pierna por la falta de barandas y antideslizantes.