La ministra de Educación, Anna Katharina Müller, vivirá un miércoles bastante incómodo ya que podría pasarle lo que ningún jerarca del Gobierno quiere.
Este miércoles los diputados discutirán en el plenario la moción de un voto de censura contra la ministra de Educación, por lo que si la votan a favor, Müller entraría a la lista de la vergüenza y se convertiría en la segunda en la historia de recibir uno.
La moción la plantearon seis diputados del Frente Amplio, cuatro de Liberación Nacional, una del Partido Unidad Social Cristiana, una del Liberal Progresista y la independiente Gloria Navas. Ellos aseguran que Müller apoya los recortes por ¢65.000 millones al presupuesto del Ministerio de Educación Pública (MEP) para el 2025, y se niega a cumplir con el pago de los diferentes componentes salariales a funcionarios del Magisterio.
Además, la culpan de la existencia de alrededor de 60.000 reclamos salariales pendientes de resolver por diferentes causas. Estos corresponden a aproximadamente 37.000 funcionarios del total de 88.000 trabajadores de la institución.
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El Partido Nueva República (PNR) ya anunció que votará en contra, al igual que la fracción de gobierno de Progreso Social Democrático (PPSD).
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Para aprobar un voto de censura es necesario tener el apoyo de al menos dos tercios de los diputados presentes en el Plenario Legislativo al momento de la votación.
En países como España, Canadá, India o Italia, la aprobación de la moción de censura significa la destitución de los ministros, pero en Costa Rica no funciona así porque los diputados no tienen las atribuciones para despedir a ningún ministro, aquí el voto solo significa un fuerte llamado de atención para los jerarcas.
El único ministro que ha recibido un voto en censura en nuestro país es Juan Diego Castro, en 1995, cuando estuvo al frente de la cartera de Seguridad.