El meteorito que cayó el 23 de abril en San Carlos tiene una edad aproximada de 4.560 millones de años, según una estimación de un grupo de científicos de la Universidad de Costa Rica.
El meteorito fue parte de un fenómeno luminoso que se conoce como bólido y que antes de caer, atraviesa rápidamente la atmósfera.
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Los expertos dijeron que el fragmento principal al que tuvieron acceso pesa 1.071 gramos (poquito más del kilo) y se analizó en la casa de habitación donde cayó, en Aguas Zarcas, con equipo aportado por la sección de Petrografía y Geoquímica de la Escuela de Geología.
En un comunicado se informa que cayeron muchos otros fragmentos, pero no tienen certeza de cuánto pudieron recuperar los pobladores.
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Se trata de un meteorito pétreo condrítico, compuesto principalmente de silicio, hierro y magnesio. La edad exacta debe ser conformada con técnicas más precisas.
“Durante el ingreso a la atmósfera el meteoroide se somete a temperaturas por encima de los 1500°C, suficiente como para fundir la superficie rocosa del meteorito, por lo que se preserva una corteza de fusión vidriosa con indicadores de la dirección de caída”, aseguraron los geólogos Gerardo Soto, Óscar Lücke y Pilar Madrigal en el informe preparado tras su visita el 26 de abril a la zona norte del país.
Esta es la primera vez que un equipo de científicos costarricenses tienen la oportunidad de observar y analizar un meteorito recuperado en suelo nacional; anteriormente, se produjo un evento similar en el país el 1 de abril de 1857. En esa oportunidad, un fragmento del objeto fue llevado a la Universidad de Chile, donde fue analizado por Ignacy Domeyko.
Invaluable
Los geológos aseguraron que el meteorito de Aguas Zarcas tiene un interés científico nacional e internacional extraordinario por las respuestas que puede generar su estudio.
“Su importancia trasciende cualquier posible valor económico que pueda ser asignado a los fragmentos”, dijeron.
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Añadieron que un meteorito de ese tipo (condrítico) puede ayudar a entender la naturaleza del origen orgánico que posteriormente permitió el desarrollo de la evolución de la vida en el planeta.
"La estructura de meteoritos condríticos es de gran importancia para el estudio de la edad y la composición del Sistema Solar.
“Estos meteoritos preservan el único registro de la composición geoquímica, isotópica y mineralógica de los primeros millones de años de historia del Sistema Solar”, concluyeron.