Don Martín Aguilar Herrera, conocido por andar con sus gallos a hombros en San José, murió hace ya casi un mes y en el mercado Central, en Chepe, lo siguen extrañando muchísimo, ya que era un gran ser humano, alegre, amiguero, servicial, positivo y divertido.

Prueba de que les hace mucha falta es un pequeño altarcito que le pusieron justo en el lugar que ocupó por más de diez años, en la entrada suroeste del mercado, esa que convirtió en su casa y en el lugar de alegría para ticos y extranjeros.

Fue don Johnny Arce Cuadra, actual presidente de la Unión de Comerciantes del mercado Central, el que tuvo la iniciativa de poner una foto de don Martín con uno de sus gallos al hombro y eso bastó para que otros comerciantes arreglaran un altarcito y pusieran varios arreglos florales.

“Martín no solo fue una persona que nos alegró, sino que nos dio amor. Nos enseñó que un animalito como un gallo puede dar amor. Era un tipazo, increíble… hace muchísima falta. Puedo decir con orgullo que era mi amigo.

“Él con sus gallos le daba una energía positiva al mercado Central, a la entrada suroeste. Era parte de la cultura de lo que es un mercado. Jamás pidió un cinco, la gente era la que le regalaba y ese mismo dinero lo usaba en sus gallos y otros animalitos”, comentó don Johnny, quien es el dueño de la joyería y relojería La Miniatura.

Doña Natalia Zuluaga, del tramo La Esquinita, recordó con mucho cariño como este querido personaje era muy estricto con su horario: llegaba a las 9 de la mañana y se iba a eso de las tres de la tarde, de lunes a sábado.

“Andaba siempre alegre, con una sonrisa y positivo. Era una inyección de motivación con solo conversar unos segundos con él, además, era un ser humano demasiado servicial.

“Aquí nosotros, los de los negocios, siempre le pedíamos favores, que nos hiciera este o aquel mandado y jamás dijo que no y jamás cobró un cinco. Uno quería pagarle por el mandado y no permitía, nos decía que lo hacía con mucho amor”, explicó doña Natalia.

Dulce alegría

Zuluaga recordó que el “domador de gallos” acostumbraba andar con confites y los repartía entre la misma gente del mercado y siempre le daba uno a quien se ponía sus gallos en el hombro.

“Uno podía tener cualquier problema, pero él llegaba con sus confites y lo alegraba inmediatamente. Yo lo vi aprovechando la platica que le daban para comprar maíz e irle a echar a las palomas del parque Central. Él amaba los animales.

“En verdad lo extrañamos demasiado, era muy querido. No sé si lo sabían, pero hablaba perfecto inglés, entonces cuando algún extranjero venía a comprarnos lo llamábamos para que nos tradujera, era muy carga para el inglés”, comentó doña Natalia.

Esta última idea fue reforzada por don Johnny, ya que él estudió inglés y fue don Martín quien le ayudó con los verbos y a ir comprendiendo frases enteras.

Doña Karina Carmona, quien vende lotería desde antes de que el señor llegara con sus gallos a alegrar el mercado, con mucho dolor recordó que en diciembre pasado se pegaron una gran conversada, le dijo que estaba un poquillo enfermo, pero jamás se imaginó que era para tanto.

“Le cambiaba el menudito que le daba la gente y cuando le daban dólares también se los cambiaba. Era un amigo, una persona muy servicial y cariñosa, yo lo extraño mucho, esta esquina del mercado no es la misma sin él”, aseguró doña Karina.

Don Martín Falleció el pasado martes 22 de febrero en la tierra que lo vio nacer, Mastatal de Puriscal. Su querido gallo “Paquito”, uno de los más populares, había muerto dos años atrás.

Un cáncer de estómago apagó la vida de este famoso personaje capitalino a los 63 años, pero hasta en sus días finales se preocupó de que a sus gallos y gallinas les dieran agua y alimento y los trataran con amor, como lo hacía él.

Vanessa Herrera, una sobrina, nos contó que toda la familia está muy conmovida por las grandes muestras de cariño de la gente del mercado, de hecho, su hermana Yeilyn comentó: “Ese altar en el mercado es un gran detalle, el cual solo demuestra lo bueno que fue tío y lo que marcaba a la gente que conocía.

“Me hermana me cuenta que hace un año que tío estuvo en Mastatal, le comentó de las muchachas del mercado Central, que siempre les llevaba confites o algo (una fruta), que un día le dijeron a él que las invitara a un helado y que él dijo que sí porque ellas eran muy buenas con él”, recordó doña Vanessa.

Ahorita los trameros del mercado están buscando un buen dibujante para que les haga un dibujo de Martín con uno de sus gallos al hombro y así ponerlo en un lugar de la entrada suroeste.