A una enfermera de Inglaterra que tenía covid-19 y estaba en coma le dieron Viagra y gracias a eso pudo recuperarse poco a poco.
Usted estará diciéndose: “pero la Viagra es para hombres y no precisamente para tratar virus respiratorios”. Pues sí y no.
Para resolver esto que parece (solo parece) un misterio, buscamos al doctor Marco Vinicio Boza, quien trabajó durante 35 años en cuidados intensivos del hospital Calderón Guardia.
El “doc” nos explicó que el uso de la Viagra en pacientes con problemas respiratorios graves es más común de lo que pensamos y que en Costa Rica se hace desde unos diez años.
Boza, quien es especialista en medicina crítica y cuidados intensivos, añade que la famosa pastillita azul forma parte de una familia de medicamentos llamados inhibidores porque tienen una función muy importante en lo relacionado con la presión de las arterias.
El médico detalló que existe una enfermedad llamada hipertensión pulmonar (no es lo mismo que hipertensión arterial) y están además el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), entre otras.
A quienes en Costa Rica padecen el primer mal se les atiende, en diferentes centros de salud, en lo que se conoce como Clínica de Hipertensión Pulmonar.
“Es a estos pacientes a los que con frecuencia se les da Viagra y otros productos de la misma familia (de inhibidores) con el propósito de eliminar la hipertensión pulmonar”, explicó.
El médico recordó que en nuestro país, al inicio de la pandemia, se analizó el uso de la Viagra para los pacientes muy graves de covid-19; sin embargo, la decisión de los expertos se inclinó hacia el óxido, un gas y se le da al paciente por medio de un ventilador mecánico.
El caso de la enfermera
La noticia de que a una enfermera británica le dieron Viagra contra el covid dio la vuelta al mundo y asombró en muchos lugares.
Según se sabe, la enfermera Mónica Almeida, de 37 años, pasó 28 días en coma y le habían detectado el coronavirus el 31 de octubre del 2021. Ella es asmática y tiene dos dosis de la vacuna contra el covid-19, pero un día comenzó a perder el gusto y el olfato y al cuarto día ya botaba sangre al toser.
Se fue para el hospital, pero la devolvieron rapidito. El 9 de noviembre fue llevada de emergencia al Hospital del Condado de Lincoln porque ya no podía respirar y una semana después la pasaron a una Unidad de Cuidados Intensivos. Estaba tan mal que el 16 de noviembre los doctores decidieron ponerla en un coma inducido.
Antes de esa medida firmó varios documentos en los que aceptaba cualquier tipo de tratamiento que se usara con el objetivo de salvarle la vida. Cuando despertó del coma, 28 días después, los doctores le explicaron que habían recurrido al Viagra como parte de un tratamiento “experimental”.
De acuerdo con lo que Mónica le dijo al periódico inglés The Sun las dosis del medicamento tuvieron el efecto esperado y ella mejoró.
“Hice una pequeña broma con el médico después de que me desperté porque lo conocía. Me dijo que era Viagra, me reí y pensé que estaba bromeando, pero me dijo ‘no, de verdad, has tomado una gran dosis de Viagra’”, recordó.
“Fui mi pequeño milagro navideño”, le dijo al periódico la enfermera, quien tiene dos hijas y llegó a estar tan mal que, a los papás, quienes viven en Portugal, les dijeron que llegaran rápido para que lograran despedirse de ella.
Los doctores del hospital en el que internaron a Mónica ya habían analizando antes el uso de la Viagra en pacientes con covid-19. ¿La razón? Este medicamento dilata los vasos sanguíneos y abre las vías respiratorias, fueron esos efectos los que permitieron que mejoraran la irrigación sanguínea y la oxigenación de la enfermera.
El epidemiólogo tico Juan José Romero, de la Universidad Nacional, recordó que la Viagra fue una chiripa; los científicos no buscaban un producto para tratar los problemas de erección, lo que les interesaba era buscar la forma de mejorar la dilatación de los vasos sanguíneos para lograr una mayor irrigación de la sangre.
Y resulta que durante las pruebas se encontraron con que el medicamento base, el sildenafil, les causaba erecciones a los pacientes. Claro, nada tontos: decidieron aprovecharlo comercialmente.
Yayo Vicente, otro epidemiólogo nacional, se alegra de la salvadota que le dio la Viagra a la enfermera inglesa, pero advierte que no se puede pensar que ya se descubrió la pomada canaria contra el covid-19.
“Cada caso es diferente, se debe analizar persona a persona para ver si la Viagra sirve para una población”.