EscucharEl doloroso caso del bebé de 10 meses que resultó quemado con pólvora mientras su mamá lo tenía en brazos en el corredor de su casa, puso en evidencia que aún hay mucho por hacer en el país en cuanto a la regulación de estos explosivos.
El suceso se dio el 31 de diciembre, en San Mateo de Alajuela, y quienes estaban quemando la pólvora eran unos vecinos del chiquito. Él sufrió lesiones en el brazo derecho y en la carita y fue llevado al hospital de Puntarenas, de ahí lo llevaron al hospital de Niños, en San José.
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“(Las quemaduras) son de poca extensión, 6% de la superficie corporal, no obstante, involucran zonas que eventualmente podrían generar, hacia futuro, una discapacidad permanente hacia este niño”, dijo Carlos Jiménez, director del hospital de Niños.
“No se vale que un niño inocente de menos de un año reciba las secuelas de la imprudencia de otros niños no supervisados o de adultos, que a veces parecen niños jugando con pólvora y que de una manera irresponsable, solo por tener diversión, provocan este tipo de lesiones en niños”, agregó el médico.
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Urgen hacer cambios para evitar en materia de pólvora
María Luisa Ávila, exministra de Salud y funcionaria del hospital de niños, coincide con Jiménez y dice que el país debe tomar decisiones para evitar que ocurran más casos como este.
“El país ha avanzado bastante con el tema de la pólvora, hace algunos años teníamos muchos niños quemados por pólvora, sobre todo pólvora de tipo ilegal que era muy inestable, mal hecha. Recuerdo haber tenido niños que se metían una bombeta en la bolsa del pantalón y les explotaba.
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“Aunque sí ha habido un avance, es importante seguir el control de estos casos que lamentablemente han pasado en el país. Este niño de apenas 10 meses quemado con pólvora en el corredor de su casa nos tiene que llamar a la conciencia. Se pueden hacer juegos de pólvora controlados en sitios grandes donde nos haya exposición de personas y lo ideal sería, como ya se está haciendo en muchos lugares, festejar con juegos de luces (drones) en lugar de festejar con pólvora, porque evidentemente son mucho menos peligrosos”, dijo Ávila.
La exministra fue clara al decir que por ningún motivo debe haber pólvora en los hogares porque eso representa un riesgo enorme.
“Hay que hacer un llamado, creo que nadie en su sano juicio debería estar reventando pólvora en su casa, eso es un altísimo riesgo de daño personal en primer lugar, que es el más importante, pero también se puede provocar un incendio que puede dejar a las personas sin vivienda.
“La pólvora puede parecernos muy bonita, colorida, alegre, pero conlleva un alto riesgo y tenemos que tener cultura de prevención y no de lamentación”, aseguró.
En el 2023, el hospital de Niños registró cuatro niños quemados con pólvora y en el 2024 fueron tres, incluido el pequeño de San Mateo.
— Hospital de Niños
Un proyecto de ley pretende prohibir la pólvora sonora
Actualmente, en la Asamblea Legislativa se discute un proyecto de ley que tiene como fin prohibir el uso y la comercialización de la pólvora sonora de más 85 decibeles. Para que se haga una idea, ese es el ruido que hace una secadora de pelo, una licuadora o un tren en las cercanías.
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La Comisión de Ambiente del Congreso dictaminó afirmativamente un proyecto que prohibiría en el país el uso de pólvora ruidosa, eso quiere decir que ya está listo que se sea llevado al plenario y se vote en primer y segundo debate.
La iniciativa fue presentada por el diputado oficialista Alexander Barrantes y fue prácticamente una copia de una iniciativa que presentó la diputada Ivonne Acuña Cabrera en la administración anterior.
La Comisión de Ambiente aprobó una modificación radical de la propuesta, pasándola de una ley independiente, a una reforma a la Ley de Armas y Explosivos, N° 7530, que es la que regula todo lo correspondiente a la pólvora.
Dado el enorme cambio en el texto, la comisión consultó al Departamento de Servicios Técnicos si tenía viabilidad y los cambios fueron aprobados.
El texto incluye dar un plazo de hasta 24 meses, en caso de que se apruebe el proyecto de ley, para que las empresas y personas que aún posean productos pirotécnicos que generen sonido mayor a los 85 decibeles, puedan almacenar, comercializar, importar, exportar y usar dichos productos.
