La marcha para exigir un estado laico (sin religión oficial) que se llevó a cabo este sábado en el centro de San José, reunió a unas 5 mil personas de diferentes grupos, entre ellos a miembros de la comunidad LGTBI (lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales), ecologistas, defensores de los animales y uno que otro católico.
El movimiento, que inició en el parque Central y finalizó en las afueras de la Asamblea Legislativa, fue catalogado por sus organizadores como un verdadero éxito, a pesar de que ninguna autoridad gubernamental se refirió a la protesta.
De acuerdo con Yuleysi Segura, vocera del movimiento, la idea con esta marcha también fue exigirle respeto a los grupos religiosos y a los diputados que han hecho comentarios discriminatorios en contra de la población homosexual de Costa Rica.
“No le estamos pidiendo a la gente que se haga atea, lo que queremos es que se nos respeten nuestros derechos como a las demás personas”, afirmó.
“Con esto pretendemos que no se nos vuelva invisibles, que nos tomen en cuenta para las decisiones y que la iglesia no tenga ningún tipo de injerencia en temas políticos”, continuó.
Esteban Salas, quien dijo ser homosexual y que participó en la marcha, solicitó a la Iglesia Católica y a las evangélica hacerse a un lado en las decisiones que a ellos les beneficiarían, como lo es el matrimonio igualitario.
“Parece que les chima, porque desde que la Corte Interamericana de Derechos Humanos dijo que nos podíamos casar, ellos han estado promocionando discursos de violencia y discriminatorios contra nosotros”, añadió.
Uno de los políticos más insultados durante la manifestación fue el candidato a la presidencia por el Partido Restauración Nacional, Fabricio Alvarado, a quien le dedicaron un cántico y varias palabras ofensivas.