Lo que inició como una manifestación pacífica en contra del plan fiscal, terminó con una voladera de madrazos y de botellas plásticas en las afueras de la Asamblea Legislativa.
La concentración de fuerza de los sindicatos, que fue parte del tercer día de huelga indefinida, comenzó a las 9 a. m. en la estatua de León Cortés, en La Sabana.
Docentes, estudiantes universitarios, funcionarios de la Caja del Seguro Social, de las munis, y muchos otros gremios más llegaron de todas partes del país en decenas de buses pagados por sus agrupaciones.
Ellos caminaron sobre el Paseo Colón y la avenida Segunda pegando gritos en contra del plan fiscal y mostrando pancartas.
Ánimos caldeados
Todo iba bien y tranquilo hasta las 12: 45 mediodía, cuando una gran parte de los manifestantes se reunieron en las afueras de la Asamblea Legislativa.
La Fuerza Pública había colocado barreras de metal para impedir el paso y resguardar la seguridad de los diputados. Esto molestó a algunos huelguistas que llegaron al sector norte del bulevar, ubicado por el Castillo Azul, donde está el Plenario.
Los ánimos ya venían caldeados de por sí con los periodistas, porque los asistentes apenas veían una cámara de canal 7 o de canal 6 la emprendían contra los reporteros diciéndoles “prensa vendida” y les lanzaban monedas mientras hacían transmisiones en vivo.
La situación se puso más fea cuando un grupo de participantes intentó ingresar a la fuerza al primer poder de la República botando las barreras, mientras que los policías de la Fuerza Pública se mantenían firmes tratando de contenerlos.
Pese al llamado de los líderes sindicales a mantener la calma, algunos de ellos trataron de quitar las barricadas, acción en la que golpearon a varios oficiales para abrirse paso a la fuerza entre insultos y empujones.
“¡El pueblo, unido, jamás será vencido!”, "Queremos que abran las puertas y reciban a la dirigencia sindical. Reciban al pueblo”, gritaban los manifestantes, quienes solicitan que se retire de la agenda legislativa el proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.
Con botellas pláticas, palos, piedras y cuanta cosa se encontraban, un grupo trató de retirar a los agentes de la Fuerza Pública, pero los oficiales lograron contener las arremetidas.
Gracias a la rápida acción de los cerca de 100 policías que estaban en el bulevar, el suceso no pasó a más.
Finalmente la lluvia bajó un poco los ánimos en Cuesta de Moras y dos horas después una gran mayoría iba jalando para la choza. Esto a pesar de que cuando cayeron las primeras gotas, desde la tumbacocos anunciaron: “llueva, truene o tiemble aquí nos quedamos”.
El diputado José María Villalta aseguró que “unos pocos infiltrados cabezas calientes” fueron los responsables del altercado.
No se vale perjudicar a otros
Carlos Ricardo Benavides, jefe de fracción del Partido Liberación Nacional, dijo en el plenario luego de que los manifestantes se fueron, que en Costa Rica está permitido manifestarse, eso sí, siempre y cuando otras personas no resulten afectadas.
Además recordó que una huelga puede ser declarada legal o ilegal y que son los tribunales de trabajo los que decidirán si hay o no despidos de los funcionarios públicos que participaron.
“Los actos de violencia frente a la Asamblea son planeados, saben cómo van a terminar, los incitan y los preparan y eso incluye a los políticos que andan en tarimas, para que los aplaudan, porque es su clientela electoral”, continuó.
Los sindicatos mantienen en firme la huelga para esta semana, este jueves y viernes se planean manifestaciones regionales.
Un total de 27 instituciones solicitaron la declaratoria de ilegalidad del movimiento. Este miércoles el Juzgado de San Ramón admitió la declaratoria presentada por el Instituto Nacional de Seguros y ahora el sindicato dispone de tres días para responder por escrito.
El Ministerio de Seguridad Pública confirmó que durante la manifestación detuvieron a seis personas, uno de ellos es un educador de San José a quien le hicieron un parte por tenencia de drogas.