“Comenzamos a discutir y él me volvía a ver a cada rato, yo le decía que se concentrara en la carretera, pero no me hacía caso, llegó un punto que estaba convencida que nos íbamos a estrellar. Casi que lo obligué a orillarse para terminar el pleito, por dicha me hizo caso porque creo que habríamos tenido un accidente, él estaba como loco, transformado”.
“Íbamos hablando tranquilos pero de un pronto a otro me sacó el tema que siempre nos hace pelear, entonces me calenté. Conforme discutíamos yo iba metiendo cada vez más el pie en el acelerador sin darme cuenta, al punto que agarré una curva casi a 120 kilómetros por hora, no supe en qué momento llegué a esa velocidad… creí que nos íbamos a volcar, me llevé el susto de la vida”.
“Mi esposa y yo tenemos carro y moto, hemos discutido en ambos, pero me acuerdo de una discusión en moto, nos gritamos tanto que en un momento ella me pegó un manotazo en el casco, justo íbamos en una curva, eso me desniveló y nos fuimos a un charral; no nos matamos porque Dios es muy grande, ese día prometimos no volver a discutir mientras alguno de los dos conduce. No lo hemos cumplido, lo digo con dolor”.
Tres historias, tres pareja, tres momentos en que una fatalidad estuvo a la vuelta de la esquina. Manejar y discutir son enemigos a muerte y eso debe quedarle claro.
Perdiendo el control
“Se pierde totalmente la concentración, se pierde la visión de la carretera por estar atendiendo la discusión y aumenta demasiado el riesgo de un accidente de tránsito porque el volante pasa a un segundo plano para darle paso a la discusión”, explica el director general de Tránsito, Germán Marín.
Sicológicamente, manejar y discutir también son enemigos, esto lo confirma el sicólogo Rafael Ramos.
“El enojo desproporcionado tiene un factor de riesgo, pues afecta la capacidad de tomar las mejores decisiones, al punto de perder el control o caer en actos impulsivos que comparten afectaciones severas para la salud física o emocional propia o la de un tercero”, explica el sicólogo.
“Como en días se vive demasiado ocupado, la mayoría de parejas inmaduras que pelean en el carro o la moto lo hacen porque no tienen tiempo de hacerlo en sus hogares", explicó la también sicóloga María Ester Flores.
Sin verse a los ojos
“Hay un par de factores que también alimentan las discusiones en vehículos: se pelea sin verse a los ojos y así se pelea más, además, al estar dentro de un carro ninguno tiene la posibilidad de irse y dejar al otro a media discusión, por eso, esas discusiones suelen ser más intensas”, agregó Flores.
Los sicólogos aclaran mejor cómo funciona la enemistad total entre manejo y bronca.
“Hay un rompimiento total entre la concentración y habilidades para manejar, entre el control del volante, de los frenos, de las luces, del acelerador, de la carretera.
“Con el manejo de las emociones que provoca que las personas no logren entender si están metiendo mucho o poco el acelerador o si deben meter el freno porque la atención está en los gritos, en ganar la pelea y no en conducir”, explicaron los sicólogos Ramos y Flores.
Invierno complica más
Si la mezcla de manejar y discutir ya es peligrosa, si le agregamos las lluvias, el asunto se pone peor.
Conversamos con don Vladimir Campos, gerente general de AutoPits, taller especializado en darle mantenimiento a carros y motos, quien nos confirmó que durante la época de lluvia la capacidad de frenado de los vehículos disminuye hasta en un 60%, por eso es importantísimo tomar las precauciones del caso.
En los primeros cuatro meses del presente 2019, se generaron 28.890 accidentes de tránsito, 211 más que el año pasado, lo que representa cerca de 14 accidentes por hora.
Hay muchas personas que tienden a perder control fácilmente, y viven presos de su irritabilidad, cuidado con esto. El sicólogo Rafael Ramos le tiene los 10 mandamientos para evitar el enojo:
- 1. No confunda enojo, con malacrianza, una cosa es enojarse y otra cosa es explotar para lastimar.
- 2. Cuestione el por qué las cosas lo enojan, puede que, en el fondo, es de las personas que siempre ha dicho “yo soy así”. Esto es un grave error.
- 3. El enojo es para poner límites, negociar y plantear propuestas, no para crear distancias y lastimar a los demás.
- 4. Enojarse no es sinónimo de ofender, agredir, o lastimar.
- 5. No tiene porque utilizar malas palabras o palabras agresivas con su pareja.
- 6. Bajo ninguna circunstancia se quede callado, pero hable hasta que estés calmado.
- 7. Recuerde que el administrador de su boca y de su mente es usted, entonces no decida usar palabras o frases que lo compliquen.
- 8. Que su enojo se convierta en un puente de comunicación, no en un muro cargado de ladrillos de dolor. Que su enojo no sea el creador de un abismo que cause desilusión.
- 9. Que su enojo no cause dolor, sino análisis y comprensión.
- 10. Lo peor que puede hacer es abrir la boca sin pensar, para luego tener que pedir perdón y sanar las heridas que su enojo deja en los demás.