Cada vez que doña Shirley Gómez Brenes, de 34 años, recoge los paquetes de comida que le da el Ministerio de Educación Pública (MEP), su hijo menor, Taylor, le grita: “¡Mami, somos millonarios, vea qué montón de comida!”.
Gómez dice que esas palabritas le llenan el corazón porque asegura que si no es por el MEP pasarían muchos días con hambre.
Doña Shirley tiene, además de Taylor, de 9 años, a tres hijos más que alimentar: Ashley Daniela (16 años), Cristian (13) y Brigeth (12); los cuatro tienen el Trastorno del Espectro Autista y son bien empunchados en el estudio.
Esta mamá no se queja de nada, trabaja limpiando casas, aplanchando, lavando ajeno o haciendo lo que sea para poder pagar la casita que alquilan, en Caimitos de Florencia de San Carlos.
Sin embargo, por lo poco que gana le cuesta mucho que no se le quede vacía la alacena a fin de mes.
“La ayuda que me da la escuela de Caimitos de Florencia y el Colegio Diurno de Florencia es una bendición en mi hogar, mis hijos se ponen muy contentos. Cristian siempre que ve los dos atunes me dice: ‘mami, deme arrocito con atún’ y realmente es muy feliz cuando se lo come, es que son muy agradecidos”, explica doña Shirley.
El sueño de esta mamá es tener una casita y aunque le han tratado de ayudar, no tiene lote propio, sin embargo, sigue soñando con poderlo comprar algún día. Como se le perdió el título de sexto grado, volvió a llevarlo y lo terminó con éxito.
Actualmente está en sétimo de colegio, en el Centro Integrado de Educación de Adultos de Florencia, además, se inscribió en un curso de computación en el INA.
“Tengo muchas metas y por eso no voy a dejar de estudiar, mis hijos son mi motor. Algún día Dios me ayudará con la casita, no pierdo la fe”, aseguró. Si usted quiere ayudarle, puede llamarla al 8982-6256.
El MEP, desde que inició la pandemia, en marzo pasado, realizó 7 siete entregas de jamita (una por mes), beneficiando a 835 mil estudiantes de todo el país. El paquete incluye granos, verduras, frutas, carne, latas de atún y hasta libros.