Doña Laura, quien prefirió no dar su nombre real, tuvo que someter a su pequeña de 9 años, Luisa (tampoco es el nombre real), a un doloroso viaje desde Upala hasta San José, con la esperanza de que aquí pudiera recibir la atención médica que se merece.
Y es que, según nos contó su mamita en entrevista, su hija tiene una dolorosa enfermedad que requiere de atención inmediata, pero, con la salida de médicos especialistas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), que ha puesto de cabeza el sistema médico del país; Laura y Luisa esperan en vilo el día que las puedan atender.
“Ella tiene un tumorcito en la columna que le está comprimiendo los nervios y la médula espinal. Desde el 23 de diciembre la tengo internada en el Hospital de Upala”.
“De Upala, se la llevaron al Hospital de Liberia, donde me dijeron que la iban a operar un lunes, pero me suspendieron la cita porque no hay especialistas que la puedan ver”.
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“Al parecer, a ella le tienen que reemplazar varios huesitos por tornillos y esa especialidad es la que no tienen. Entonces, nos tuvimos que esperar.
“Luché un montón porque a veces llegaban los doctores, pero no el especialista, otras veces llegaba un doctor que nada que ver y, cuando le hacía preguntas, me contestaba repugnante”, contó con el corazón en la mano.
Luego de un largo proceso de quejas y peleas, doña Laura logró que se le asignara un nuevo especialista a su hija, quien les recomendó trasladarla al Hospital México para ser intervenida.
Pero, dada su condición, ese traslado ha sido un dolor de cabeza y, lo peor es que, aún no saben si a Luisa la van a operar o si, por el contrario, la van a mandar de vuelta para su casa.
“Para el traslado, nos tuvimos que esperar hasta 22 días porque no tenían camas en el Hospital México, me decían que estaba saturado.
“Ahora, estamos esperando al miércoles (5 de febrero) para saber si nos la van a operar o no. No ha llegado un especialista que venga y me diga: ‘a su hija vamos a hacerle esto y esto’, nada, sigo esperando”, lamentó.
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Incluso, explicó que el tratamiento que se le está dando a su hija ha dejado mucho que desear y, que en Upala, la atención era más amena.
Al día de hoy, según los más recientes datos de la CCSS, un total de 109 médicos especialistas han renunciado, buscando que se les traslade al régimen del salario global.
Entre las especialidades más afectadas están ortopedia, ginecología, obstetricia, anestesiología y cirugía general.
De hecho, los centro médicos más afectados son el Hospital San Juan de Dios con 29 renuncias, el Hospital Víctor Manuel Sanabria (Puntarenas) que ha perdido 12 especialistas; el Hospital San Vicente de Paul (Heredia) y el Max Peralta (Cartago), con 9 salidas cada uno; el San Rafael de Alajuela, que acumula 8 renuncias y los hospitales Calderón Guardia y el México, ambos con 6 salidas.
Y así como doña Laura y Luisa, hay más historias, tras la salida de los especialistas, que le erizan a uno la piel de solo escucharlas.
Caso de horror
Tal es el caso de Mariana, quien nos contó que de no ser por las citas médicas privadas, su mamita no estaría viva.
“Hace menos de dos meses, mi mamá, de 76 años, estaba de lo más mal por un fuerte dolor en el estómago, y a pesar de que la estaba matando el dolor, en la Clínica Marcial Fallas le dieron cita hasta el 2028″, contó con preocupación.
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“No nos quedó de otra y, entre mis hermanos y yo, hicimos una rifa para llevarla a lo privado para que la vieran y nos dijeran qué era. Se le hizo un ultrasonido y se le veían unas piedritas en la vesícula”.
Según nos explicó Mariana, a pesar de ya tener un dictamen, en la Marcial Fallas el médico les dijo que “no hay cupo para operarla y aquí seguimos esperando”.
Milagro
Algo similar le pasó a don Fernando, quien de no ser por su ingenio, no nos hubiera podido contar su historia.
Resulta que él llevaba días con un fuerte dolor de garganta que no le permitía ni siquiera hablar.
Desesperado, se acercó a la Caja para pedir una cita y que le ayudaran a ver qué era lo que tenía. Para su sorpresa, la cita se la dieron hasta el 2027 por la falta de especialistas.
Eso sí, dicen que con la edad llega la experiencia, y él utilizó un par de mañas para que un doctor lo pasara, como decimos popularmente “bajo la mesa”.
Y si bien reconoce que está mal lo que hizo, está eternamente agradecido con esa decisión, ya que lograron hacerle unas pruebas y se dieron cuenta de que tenía un terrible cáncer de laringe.
Su caso es un claro ejemplo de que los milagros existen, ya que si se hubiera esperado a que lo atendiera la Caja, estaría muerto. Pero, por no hacerlo, tuvo la suerte de que hace unos meses terminó su quimioterapia y hoy recuperó su voz y su vida.
En La Teja nos pusimos en contacto con el departamento de prensa de la CCSS para saber qué medidas se están tomando para mitigar este tipo de casos, pero, para el cierre de edición, no hubo respuesta.