Doña Martha Vásquez es una mamá pulseadora y valiente que durante el último año y medio ha pasado una situación muy difícil, sobre todo desde que enfermó su esposo, Luis Diego Rodríguez.
A Luis Diego le detectaron nódulos benignos en la garganta en febrero del 2018. Lo malo fue que uno ya había crecido tanto que le tapó la glándula paratiroides y a partir de ahí comenzó una lucha muy grande por su salud.
El organismo de Luis Diego no logra controlar el calcio que circula por él y se le empezaron a calcificar los riñones y uno no le trabaja de la mejor manera, lo que le ha producido una falla renal grado 3 (el máximo es grado 5).
Esos quebrantos de salud han hecho bajar los ingresos que llegaban al hogar establecido en Guadalupe de Alajuela.
La enfermedad ha alterado la vida de la familia y doña Martha ha tenido que jugársela con sus conocimientos en costura para hacer frente a los gastos de la casa. Sin embargo, lo que llega no es un ingreso fijo.
“Él trabaja en ventas en pastas Roma, pero como a veces amanece con mucho dolor, lo tuvieron que pasar a una división con menos exigencias. Ya no puede ir a giras de trabajo largas y tampoco cargar peso porque el calcio tampoco se está quedando en sus huesos, es como si padeciera osteoporosis”, explicó.
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Doña Martha y su hija mayor Jeimy (18 años) también deben visitar periódicamente el hospital México, donde les tratan una deficiencia sanguínea.
Doña Martha no pudo contener las lágrimas de la emoción cuando don Carlos Fernández, gerente de Mercadeo de Tiendas Monge, le dio la buena noticia de que por ser una mamá tan pulseadora y tan valiente, ellos le echarían la mano con dos máquinas de coser –una overlock y otra plana– para que pueda seguir haciendo sus trabajos de costura como pijamas, camisas, pantalones, ropa de cama y cuanto encargo le hagan.
“Ante las muchas necesidades que están enfrentando, Tiendas Monge les tiende una mano para que puedan salir adelante y puedan de alguna manera mejorar su condición. Sabemos que hay manos amigas que les han ayudado”, dijo don Carlos, que visitó a la familia.
“Dios les multiplique grandemente este gesto y les dé salud, que es lo más importante”, dijo la agradecida madre, que este jueves 15 pasará más aliviada.
Sus hijas también salieron regaladas con la bondad de Tiendas Monge, que les dio una computadora portátil y una multifuncional para que puedan hacer los trabajos del estudio más fácilmente.
Así premia Monge el esfuerzo de ellas como buenas estudiantes.
Además podrán dormir más cómodamente gracias a las dos camas individuales y a la matrimonial que les dieron.
Y es que, según nos contó doña Martha, debido a las limitaciones económicas los cuatro (los padres y las hijas) compartían un mismo cuarto y las muchachas hasta compartían la misma cama.
Bien armada
Y como si no fuera suficiente la preocupación que tenían por las complicaciones de salud surgidas en marzo y antes, ellos fueron víctimas de un asalto frente a la casa, donde además de quitarle los ¢900 mil que acababan de pedir prestados para agregar un cuartito, se llevaron la pantalla plana, la olla arrocera y el sartén eléctrico, entre otras cositas que les había costado tener.
Este Día de la Madre sin duda será diferente para toda la familia ya que, sabiendo lo que había pasado, Tiendas Monge les repuso –y con creces– los electrodomésticos robados.
Ahora ya podrán devolverles a sus familiares la cama, la pantalla y las máquinas de coser que les habían prestado.
Hubo un antes y un después de Tiendas Monge.