El magistrado Luis Porfirio Sánchez Rodríguez podría vivir este lunes uno de los peores días de su vida ya que los diputados definirán su futuro.
Según la agenda del plenario legislativo este lunes los diputados tienen planeado votar la reelección de Sánchez, pero el panorama no es muy alentador que digamos para el magistrado.
Y es que la jueza de Trabajo, Silvia Elena Arce, reveló hace unos días que Sánchez habría cometido un acto obsceno no consentido en su contra, en el año 2000.
El caso se dio a conocer por el abogado Mario Rucavado, en el medio de comunicación Delfino.cr, el pasado 20 de agosto. En el escrito se narró una serie de acontecimientos que le fueron compartidos por una de sus clientas; el 25 de agosto la jueza confirmó que se trataba de ella.
De acuerdo con el relato y la versión confirmada por Arce, los hechos habrían ocurrido cuando ella era jueza interina y Sánchez ocupaba el cargo de juez nombrado en propiedad, además de ser pariente del entonces magistrado Jorge Rojas Sánchez. Esto habría motivado el silencio de la mujer.
La revelación de todo esto le cayó ha afectado muchísimo el proceso de reelección del magistrado, ya que varias fracciones legislativas han dicho que lo apoyarán debido al escándalo que enfrenta.
Sánchez ha negado rotundamente las acusaciones en su contra y hasta presentó una querella por difamación contra el abogado y la jueza.
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Además, el 31 de agosto envió una carta a Rodrigo Arias, presidente de la Asamblea Legislativa, en la que dijo que estaría dispuesto a renunciar a su inmunidad si la jueza Silvia Elena Arce, presenta una denuncia en su contra.
En el documento expresa que cuando solicitó su reelección como magistrado ante la Comisión de Nombramientos del Congreso, no había ninguna denuncia en su contra, sino que fue días después que un abogado lanzó “groseras acusaciones” por una “supuesta conducta inadecuada contra una jueza”.